Es muy simple y rudimentaria. Consta de un solo apartado:  No se gastará ni un céntimo absolutamente en nada no imprescindible mientras no se solucione el desempleo y se cubran con dignidad las necesidades de los desempleados.

Nada de subvenciones culturales, por muy monstruoso que pueda parecer. Nada de tarjetas de crédito oficiales. Nada de teléfonos móviles ni ordenadores para los cargos públicos. Nada, absolutamente nada, de nuevos gastos militares. Nada de desfiles. Nada de recepciones y fastos. Nada de regalos a las iglesias. Nada de coches oficiales (a los chóferes se les asignarían otras tareas). Ni un solo sueldo oficial, tanto central como autonómico o municipal, por encima de 70.000 euros. Nada de viajes oficiales colectivos, de todas las instituciones y de los que no nos dan noticia, solo los necesarios del Presidente. Nada de planes de pensiones multimillonarios. Nada de campañas electorales, la televisión y basta. Por cierto, nada de televisiones autonómicas derrochadoras, caso entre otros Telemadrid, con sueldos obscenos de directivos y presentadores, al igual, imagino, que otras autonómicas. Nada de Convenciones y más Convenciones. Nada de dos puestos de trabajo absolutamente para nadie. Nada de rescates de más Cajas, la que quiebre, quiebra. Nada de ayudas al deporte, que las den las televisiones. Nada de Institutos Cervantes desperdigados por el mundo. Nada de recapitalizar bancos si antes no renuncian a escandalosos sueldos de directivos y Consejos de Administración. Nada de exenciones a Fundaciones y ayudas a Asociaciones miles y desconocidas. Nada de cargos a dedo. Nada de aumentar asignaciones al Rey. Nada de privatizar empresas públicas rentables. Nada que no sea hacer rentables las que no lo son. Nada de EREs pagados por el Estado. Nada que no sea crear empleo. Tendría que ser como el Salvar al soldado Ryan que son los cuatro millones y medio de parados. Por eso, nada de palabras huecas, de promesas imprecisas, de misterios por resolver. Nada de jugar con las cosas de comer, nada de marear más la perdiz; los desempleados quieren comérsela. España, a dieta. Solo inversión real y eficaz. Nada que no sea Esparta durante cuatro años para luego ser Atenas.

Aunque no sé yo si esta propuesta la votaría alguien.

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La gota del día: ¿Quién es más honrado, IU o el PP?, se pregunta un lector.

15-O, el pensar diferente, que dijo otro lector.