Puntadas sin hilo

La Conferencia

 

 

Imaginemos que cada uno de nosotros somos familiares directos de un asesinado por ETA, un hijo, un hermano, un marido, o que somos víctimas de un atentado pero que hemos conservado la vida con una disminución física importante. Pensémoslo de verdad, desde dentro, como si realmente lo fuéramos, y no desde fuera, como espectadores más o menos críticos y comprometidos.

Nos enteramos de que se celebra en San Sebastián una Conferencia que llaman de Paz para ver si ETA deja definitivamente las armas, y si hay que darles algo a cambio. A la Conferencia asisten unos señores extranjeros que parece que son importantes, uno de ellos fue Presidente de la ONU, y otro intervino en la pacificación de Irlanda del Norte. También asiste el Partido Socialista de Euskadi, el Partido Nacionalista Vasco, y representantes de los empresarios vascos. No acude el Partido Popular.

¿Qué nos parecería esta reunión, qué exigiríamos que tratasen, qué estaríamos dispuestos a conceder, es bueno que se reúnan, reforzará esto a los abertzales de Bildu y asociados, qué nos pedirían nuestros familiares muertos que hiciésemos, qué proponemos los que hemos quedado con vida?   Y también, ¿por qué se oponen las Asociaciones de Víctimas del Terrorismo, con quién lo han consultado, por qué Francisco José Alcaraz anuncia movilizaciones? ¿Son buenos el odio y la venganza? ¿Cabe pacto o misericordia con quienes no la han tenido con nosotros? ¿Hasta qué punto muchos de nosotros no estamos influidos por nuestra ideología política? ¿Esto es bueno para el País Vasco, y para nosotros?

El presidente del Partido Nacionalista Vasco, Íñigo Urkulu, ya ha dicho que no hay patria que justifique un asesinato.

El Partido Socialista de Euskadi propone diez medidas, especialmente el acercamiento de presos, si entregan las armas.

El expresidente Aznar ha dicho que la equidistancia es un desastre moral.

Jaime Mayor Oreja afirma que la Conferencia abre una nueva etapa que tiene como fin la autodeterminación del País Vasco y la ruptura de España y pasa porque ETA ayude al Gobierno para que el PSOE gane las elecciones.

Esteban González Pons dice que esos señores extranjeros no tienen ni idea.

Rosa Díez dice que la Conferencia de Paz tiene poco que ver con el fin de ETA; tiene que ver con una especie de amnesia y una especie de amnistía política.

El expresidente Felipe González ha restado importancia a la Conferencia, y cree que con ella la izquierda abertzale solo busca sacar provecho de cara al 20-N, y critica, en referencia al PP, a los que quieren alejar el horizonte de la paz hasta no ser los protagonistas.

Esperanza Aguirre acusa al PSOE de buscar votos.

Mariano Rajoy no ha dicho nada, como de costumbre, pero se supone que habla por boca de gansos.

¿Y nosotros?, ¿qué decimos nosotros?, ¿tenemos todos la misma opinión?, ¿se celebraría esta Conferencia si ETA aún tuviera fuerza para matar? ¿Deben estar nuestras opiniones por encima de las razones del Gobierno? ¿No debería pronunciarse el Rey, le parecerá bien? ¿Tendría el Partido Popular el mismo criterio negativo si estuviese ya en el Gobierno? ¿Qué hará el Gobierno?  Digamos cada uno de nosotros lo que creamos. Yo, por mi parte, si realmente fuera familiar o víctima con vida, creo que deben rendirse sin condición alguna, y después, solo después, ya hablaríamos. Y si no, que la lucha contra ellos continúe. Siento ser tan duro. Y creo que mi opinión sería la del pueblo español en su inmensa mayoría. ¿O están los españoles en otros menesteres y lo que quieren es que lo de ETA se acabe como sea?

Y no me parece correcto lo que ya ha dicho la Conferencia: Pide a ETA que deje las armas, y a los Gobiernos español y francés que dialoguen con ella.

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