No seré yo dudoso de no haber defendido la Monarquía y al Rey Juan Carlos hasta la saciedad. Pero estoy de acuerdo con el subdirector de este periódico, Manuel Rico, cuando dice que la Casa Real debería dar cuenta del destino de la asignación económica que el Parlamento le concede.  Aun no siendo legalmente obligatoria tal aclaración, añado.

Asimismo tampoco seré yo dudoso de no defender con ahínco que las acusaciones y descalificaciones no deben tomar cuerpo consistente hasta que las investigaciones judiciales del caso o persona que sea estén en fase procesal avanzada.

El Rey es, conforme a la Constitución, el único español cuya figura es inviolable. Pero no los miembros de su familia sanguínea o política. Ni siquiera la Reina. Por tanto, el señor Urdangarin deberá responder ante los tribunales, si le llaman, exactamente igual que cualquier otro español.

El Rey por su parte debería, en mi opinión, hacer público el reparto del dinero que recibe de los españoles. Bastaría con decir "Infanta Cristina y marido, tanto", y que el Fiscal investigue, en el caso de que hayan recibido alguna cantidad.  No tiene por qué aclarar en qué se ha gastado el señor Urdangarin la cantidad que supuestamente haya recibido. Será solo el matrimonio el responsable de los desmanes o delitos que hayan podido cometer, no el Rey. Nadie de ustedes es responsable de los delitos que hayan podido cometer un hijo o un hijo político. Solo con esa declaración pública y fulminante el Rey podrá librarse del desprestigio. Porque el Rey no debe caer en la Defensa Siciliana de su familia. Si quiere, este asunto lo liquida hoy mismo dando a luz sus cuentas. Únicamente así salvaría a la Monarquía de la caída en picado en la consideración de los españoles. No puede enrocarse en que ‘son cosas de Iñaki, no suyas’. Bien poco se le pide, porque los demás y al parecer numerosos negocios del señor Urdangarin son ajenos al quehacer real. Pero es que el asunto resulta aún mucho más grave: si no lo hace de modo inmediato, dará pie a la sospecha de encubrimiento, y a ensuciar la vida nacional, y el pueblo le puede dar jaque mate. ¡A ver si va a ser cierta la afirmación de Pilar Urbano de que a la Monarquía le falta un buen marketing explicativo!

Y recuerden que hay jueces insobornables y no prevaricadores. El juez José Castro que lleva el caso en Palma parece que es uno de ellos. De modo que no extendamos  también y una vez más la afirmación banal y errada de que ‘ya se sabe lo que es la justicia...’.

Para terminar, y por mucho que los medios de comunicación bombardeen, el señor Urdangarin cuenta con la presunción de inocencia, incluso aunque le imputasen y en tanto cristalice y avance tal imputación.

Pero el Rey debe cortar por lo sano su participación, o inmolarse y convertir su reinado en algo no deseable.

Y quedará por dilucidar si las instituciones y empresas que hayan podido conceder subvenciones están exentas a responsabilidad.

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Gota del día: ¿A quién o qué no odian los españoles?

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Gotera: Quisiera que desde hoy entre todos hiciésemos una segunda gota  diaria que recoja los casos de corrupción, corruptelas o anormalidades que vayan surgiendo. Hubiese sido interesante comenzar la lista por las ya numerosísimas existentes. Pero no domino la informática hasta ese punto ni mucho menos. Creo que debemos, puesto que cuento con ustedes, aportar solo las que tengan visos de seriedad, sin dar pie a rumores.  Comienzo:

1. Ediles de Barcelona se embolsan hasta 38.000 euros en dietas.

2. El Gobierno pone coto al abuso de notarios y registradores, que cobraban de más al tramitar la cancelación de las hipotecas, lo que les ha supuesto beneficios millonarios.

3. El exjefe de Caixa Penedès se asignó 11 millones de pensión.

Pueden añadir ya alguna otra si la conocen.