Puntadas sin hilo

60.000 pensamientos

La comunicadora Sharon M. Koenig afirma que, según estudios científicos, tenemos 60.000 pensamientos al día. Y la mayoría son negativos, repetitivos y del pasado. Puede ser, aunque muchos políticos, y seguramente ciudadanos, no tengan ni uno, ni bueno ni malo.
De modo repetitivo y negativo pensamos que PP y PSOE son lo mismo, sin acordarnos, por ejemplo, del aborto, o del endurecimiento anunciado de las penas por protestar ante la policía. España tiene las penas más duras y el número de presos mayores de Europa, pero todo les parece poco. Los manifestantes tendrán que hacerlo con la cara descubierta y protestar con cortesía exquisita. Afanar un bolso sin nada dentro será delito y no falta, se ve que los juzgados tienen poco trabajo. Y más agravantes y conversiones de faltas en delitos. De todo un poco. Quise yo hacer un programa de televisión que consistiera en ver qué pena pondría el público a todos y cada uno de los delitos recogidos en el Código, pero desistí por haber llegado a la conclusión en un programa piloto que a todos ellos le imponían penas muchísimo más duras que las legisladas, y para un importante y abundantísimo número exigían cadena perpetua, algunos de ellos penados en el Código con dos años.
De modo repetitivo y vano clamamos por la reforma de la ley electoral para que la democracia se consume.
Permanecemos indolentes cuando 30 familias gitanas, bah, son gitanas, son desalojadas y no atendemos sus peticiones de que lo retrasen hasta que el curso escolar termine para que sus hijos puedan asistir, bah, son gitanos.
Preferimos que Matas esté en la cárcel a que devuelva el dinero.
Diariamente pensamos y aceptamos que el Partido Popular está vacunado contra los escándalos.
Pensamos que el comunismo disfrazado de Izquierda Unida nos sigue asustando.
Pensamos que el Secretario del Tesoro estadounidense. Timothy Geithner, tiene razón y es lúcido cuando afirma que ‘la crisis española no es culpa del dispendio público, y cita la falta de competitividad, - esto es, la calidad de los que las empresas producen -, el endeudamiento del sector privado, y la burbuja inmobiliaria como causas de la crisis, y nos preguntamos y repreguntamos obsesiva y diariamente qué culpa tienen de esto los ciudadanos y por qué son ahora quienes deben pagarlo, y no los autores enriquecidos de los desmanes, politiquerías y connivencias, ya se sabe.
Diariamente pensamos si no será mejor emigrar, como antaño y ahora con más bagaje profesional y sin maleta atada con una cuerda. En Canadá, país de moda, necesitan 700.000 trabajadores y hay cola. O emigrar o revolución, piensan muchos.
Diariamente pensamos y no comprendemos por qué no se organiza una gigantesca manifestación contra la financiación amoral de la Iglesia.
Pensamos cómo es de ruin esto de la política que se pasa de propugnar el veto a los productos catalanes a convertirse en amigos y aliados.
Seguimos pensando cómo son de falsos nuestros políticos cuando en plena campaña el ministro Montoro anuncia que no eliminarán los fondos del PER andaluz de ayuda a los agricultores porque la cuantía total de 245 millones ‘no es tan importante’, con todo lo que se dijo sobre esas ayudas.

Pensamos cómo es posible que los ricos españoles tengan 23.000 millones de euros acumulados en sus sicavs que tributan solo al 1%, bajo la estúpida disculpa de que, si no, se llevan el dinero al extranjero como si aún existieran fronteras.
Pensamos cuántas muertes causarán y enfermedades agravarán estos gobernantes estableciendo el copago sanitario.
Pensamos que somos desconfiados, tantas veces gratuitamente y sin motivo.
Pensamos que la culpa es siempre de los otros.
Pensamos que uno de los mayores placeres de los españoles es hablar mal de los demás, moderadamente si se trata de vecinos, compañeros de trabajo, o incluso amigos, y ferozmente si son personas públicas, de las que no se salva ni una, hay que denigrarlas, denostarlas e intentar destruirlas, como placer sádico y justiciero: El Rey, por supuesto que no, decimos horrores de él; Rajoy, el humillado de Europa, el gaseosa, bobo recién llegado, dictador de casino decimonónico de provincias; Rubalcaba, acabado, portavoz del Gobierno de los Gal, heredero de ZP, trilero, segundón, sin talento para encauzar el resurgir; Los políticos,, trabajan poco, ganan mucho, todos son iguales; Alcaldes, corruptos con sus concejales, no nos fiamos de ellos, mafiosos y vendidos; Rouco, Inquisidor actual, dictador en silencio, ultrarretrógrado, sinuoso y tenebroso; Tribunal Supremo, prevaricadores, la burla de que la justicia es igual para todos; Tribunal Constitucional, al servicio de quienes les han nombrado; Urdangarin, la nueva y probablemente merecida presa, lo absolverán o le pondrán una minipena simbólica, por ser quien es; Botín, jefe de tiburones, sección bancos; Cayo Lara, borde y ser primario; Directores de periódicos, mourinhos, ministros; Presidentes autonómicos, reyecitos; Aznar, fatuo, malembajador de España; Zapatero, causante, sonrisa etrusca. Nada resiste, nadie se salva, gozamos.
¡Ay, si los cinco millones de parados salieran a la calle!
¡Ay, si votaran quienes hacen el avestruz porque no pueden vivir torturados por algo que no pueden arreglar!
Pensamos que si los sindicatos convocan huelga no es el momento, y si no la convocan les recriminamos porque no la convocan.
Pensamos que pensamos, pero nos sometemos.
Los 59.980 pensamientos diarios restantes los dedicamos al sexo y a saber si Casillas falló en el golpe franco de Marcos Sena.

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Gota CHOLLO: Telefónica contrata al marido de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y a la mujer del dirigente del PSOE y joven promesa, Eduardo Madina.
Urdangarin continúa como consejero y representante de Telefónica en América.

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