Puntadas sin hilo

El Pueblo frente a las Instituciones

El próximo lunes, presidido por Su Majestad el Rey, se celebrará el solemne funeral por la Justicia española, con asistencia corporativa de todas y cada una de las más altas representaciones de las Instituciones del Estado, y una sobresaliente presencia de Presidentes de Tribunales Supremos de varios países europeos y latinoamericanos. Se pronunciarán sentidas necrológicas, disfrazadas de Juegos Florales de mérito y reconocimiento por la muerte y celebración de los 200 años de existencia del Tribunal Supremo de Justicia de España, que Dios acoja en su seno. El Pueblo, atónito, no asistirá. Ni siquiera abucheará en el exterior a los reunidos para las exequias.

Por mucho que la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo diga que los gastos suntuosos de hotel y restaurantes de su Presidente señor Dívar no constituyen delito; por mucho que el Congreso de los Diputados acepte pero a fecha incierta y retrasada la comparecencia del señor Dívar para dar cuenta de la gestión anual del Consejo General del Poder Judicial, cuyo presidente es también don Carlos Dívar: por mucho que el tal Consejo, único órgano capaz de promover y acordar la destitución del mentado señor Dívar, mantenga pugnas intestinas, ideológicas y partidistas que le impidan llevar a término tan noble misión; por mucho que el Fiscal General del Estado se prive de investigar exhaustivamente; por mucho que el Gobierno quiera hacer creer que la separación de poderes es un hecho probado e indubitado, y por tanto nada puede hacer, salvo dejar ya en entredicho la buena y correcta funcionalidad del tan mentado Dívar; Resultando que su conciencia y sus convicciones religiosas no son valorables o exculpatorias de su conducta; por mucho que resulte y se considere que don Carlos es un cadáver viviente político y judicial, es claro y decidido por todo ello que el Pueblo español lo repudia clamorosa y unánimemente, sentencia de la que jamás podrá el señor Dívar librarse socialmente y reinsertarse, por muchos fastos que protagonice en sus propios funerales, a celebrar, como queda dicho, en la fecha señalada del próximo lunes, salvo que previamente el Consejo, en la reunión del Pleno convocado para el sábado, lo expulse de modo que los ciudadanos no descrean del todo. Resultando también que las altísimas y no tan altísimas Autoridades asistentes quedarán marcadas por contemporizar con el citado señor Dívar, en un alarde supremo de hipocresía y sin que ninguna tenga el temple moral y cívico de excusar su asistencia al Réquiem por la fallecida, y con ellas quedan también descalificadas las propias Instituciones políticas, diplomáticas y judiciales de todo orden y lugar, Resultando asimismo que el Pueblo español jamás creerá ya ni confiará en la Justicia ni en Institución alguna, y Resultando y Fallando finalmente que la Sentencia del Tribunal del Jurado del Pueblo Soberano será de culpabilidad ética y política, ni aunque el Consejo General lo mantenga en el cargo, con la pena accesoria del desprecio hacia todos los intervinientes, con el consiguiente deterioro de la calidad democrática del país llamado España.

La Justicia ya estaba desprestigiada, pero el daño ahora ocasionado es irreversible y demoledor, estableciendo dos frentes incompatibles: a un lado las Instituciones todas, al otro el Pueblo. La vida nacional se ha empozoñado definitivamente. Una vez más el Pueblo queda zaherido y marginado, una vez más el Pueblo es el gran perjudicado. La Justicia y las Instituciones ha entrado en recesión y no hay forma de rescatarlas. El Pueblo ha vivido por encima de sus posibilidades judiciales e institucionales.
Este señor, santo en su peana, ha sido el verdugo de la Justicia, y ahora será el oficiante de su pomposo funeral.

¿Está entre las obligaciones del Jefe del Estado asistir al acto inaugural del Bicentenario del Tribunal Supremo? ¿Le importa un pito a los ciudadanos tal acto? ¿En qué consisten estos fastos, cuánto cuestan? ¿De verdad que los 4.800 jueces y magistrados españoles no están preocupados con el descrédito absoluto de la Justicia, potenciado con este asunto, y consecuentemente con su labor profesional?

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Gota ARITMÉTICA: ¿Alguien sabe calcular a cuánto tocarían los 47 millones de españoles si se repartiesen los 100.000 millones entre ellos?

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Gota GEOMÉTRICA: Van a subir la luz. El Ministro de Industria, José Manuel Soria, ha afirmado que el Gobierno estudia la posibilidad de aplicar próximamente un aumento de los impuestos que gravan indirectamente la generación de energía. Volveremos al candil.

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Gota de MI IGNORANCIA: ¿Pero por qué será una catástrofe para Europa que Grecia abandone el euro?

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