Puntadas sin hilo

Camisa de fuerza

¿Pero entonces no existe ninguna posibilidad de salirnos de esta camisa de fuerza en la que nos tienen metidos a los españoles? ¿Somos nosotros los locos o lo son los loqueros políticos? Porque si no se puede modificar la Constitución en nada importante y es eterna, si la agonía económica nos la prolongan con recortes y más recortes, si la revolución no es posible porque, dicen, no se dan las circunstancias sociales mínimas necesarias, si ya el Gobierno ha comenzado a blindar el Congreso de los Diputados, a instancias de su presidente, para impedir la presencia masiva de ciudadanos el 25 de septiembre, si vivimos en una democracia de calidad rebajadísima a causa de la disciplina de voto de los diputados, si las listas electorales nunca serán abiertas y tenemos que tragar lo que nos echen, si no existe ninguna propuesta de progreso político, si en el sostenido deterioro económico los ciudadanos no entienden lenguajes abstrusos y lo único que comprenden es que su penuria económica se acentúa, si dar una limosna a quienes no tienen trabajo ni prestación alguna desde hace tiempo se considera un regalo forzado pero inmerecido, si los partidos políticos son compinches, marcas blancas, franquicias o tapados unos de otros, si la Iglesia sigue siendo escarnio por sus prebendas y privilegios, si nos tratan como simples números del censo, si la ley que ellos han hecho a su medida hay que cumplirla imperiosamente, si por h o por b la corrupción no se castiga, si nos suben el IVA, si los gobernantes no son humildes y no dan la cara para darnos explicaciones veraces, si el gran capital sigue sin ceder ni un céntimo, si los banqueros y directivos de Cajas se siguen choteando de nosotros, si nos desahucian, si nos condenan al ostracismo político de meter un papel cada cuatro años en una urna donde se incineran, si el dinero no lo es todo pero lo es, si los pensionistas apenas llegan a fin de mes, si no tenemos cauces de expresión adecuados, solo manipulados e interesados, si no entendemos por qué tenemos que pagar una deuda gigantesca e inasumible quienes no la hemos originado, si los causantes se mofan y enriquecen más y más,

si la desesperación nos invade, si protestar es un delito, si la miseria ya está aquí, si no hay esperanza, si no nos fiamos pero no podemos revolvernos y tenemos que aguantarnos, si los otros ciudadanos satisfechos conniventes se ríen de nosotros, si somos más pero somos menos suponiendo que seamos más, si no les podemos ofrecer un futuro aceptable a nuestros hijos, si no somos magos ni escapistas, si somos congruentes y sensatos aunque nos llamen rebeldes y heterodoxos, si somos un cero a la izquierda en el reparto de la riqueza, si nos desprecian y nos humillan, si no contamos más que para hacer bulto y nos explotan, si España es tan asquerosa con tanto reaccionario conservador, ¿cómo no entender que los locos nefastos son ellos, que el Congreso y La Moncloa son dos manicomios, y que antes o después, aunque aún no sepamos cómo, nos libraremos de estos cepos, de esta camisa de fuerza en que nos tienen apresados? Porque otro mundo es posible, no queremos cambios siderales, simplemente queremos, incluso suplicamos, un poquito de tarta y ni siquiera eso nos dan.

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