Puntadas sin hilo

Catalunya, nuevo Estado de Europa

A diferencia del vasco, respeto, comprendo y hasta admiro el independentismo catalán porque no se ha servido de la violencia, el secuestro o la extorsión.

¿Pero realmente desean la independencia los catalanes, la gran mayoría de catalanes? Hoy se celebra la Diada, que es una fiesta, la fiesta nacional de Catalunya, que ha evolucionado y evoluciona según y con los sentimientos de los ciudadanos, las más de las veces estimulados por los líderes políticos. Es dudoso que ese ansia o necesidad de independencia sea firme, profunda y masiva. Si así fuera, en mi opinión tendrían derecho a su independencia, tramitada por cauces de acuerdo y concordia. Pero, como pragmáticos que son, tal vez les echase para atrás la dificultad de ser un país o nación independiente en la Europa de hoy. Como primera medida, Europa no se lo aconsejaría, advirtiéndoles de los grandes obstáculos que se encontrarían para su desarrollo político y sobre todo económico, por causa del aislamiento al que podría quedar sometido el nuevo Estado. En tal sentido, el fervor independentista y el orgullo de conseguirlo a costa de lo que fuere, con probabilidad sería un freno.

Pero, además, ¿permitiría el resto de España la segregación? Incuestionablemente, no; y no solo por no ser viable de hecho con las condiciones que la Constitución Española establece, sino por el sentimiento de unidad nacional de España de la inmensa mayoría de los españoles, con los ciudadanos catalanes no independentistas, y de sus fuerzas llamadas vivas, fuerza militar incluida. Y no estamos en la situación política o social de otros países, de forma que los ejemplos no valen, ya no los europeos sino los más lejanos como puede ser el de Canadá. Cada país o nación es un mundo de propias características.

Pero Catalunya tiene derecho a un trato diferenciado. En la cultura, en sus tradiciones, en la enseñanza, en el idioma, incluso en la ampliación de su Derecho Foral. Y también tiene incuestionable derecho a que financiera y económicamente no se abuse de ella. Tal vez ésa sea la causa de que la Diada de hoy se prevea torrencial, masiva y con alto grado de enardecimiento. Catalunya, que siempre ha sido solidaria, aspira a conseguir un pacto fiscal que al menos la iguale al País Vasco y a Navarra. Puede que sus razones históricas no sean las mismas, pero tampoco es justo que contribuya al desarrollo de España en forma de caridad obligatoria y muy por encima de lo que en buena lógica y contabilidad sea justo. Creo que el Gobierno español debería tratar seriamente este asunto, y explicarlo a los ciudadanos, con lo que se conseguiría que las Diadas de los próximos años fueran la fiesta no de celebración de una derrota y una opresión, sino del entendimiento de la razón y de olvidar aversiones, con federalismos o sin federalismos, con territorios libres y amistosos sin fronteras. Entre el pacto fiscal y la balanza comercial de Catalunya tiene que existir un punto de encuentro que contente a las partes. Y también creo que, en ese supuesto, Catalunya debería renunciar a la permanente reivindicación. La Diada no tiene por qué ser una bandera blanca ni para unos ni para otros. Catalunya sería más Catalunya y España sería más España.

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Gota de la MENTIRA CRÓNICA: Tengo que confesar que ayer no vi a Rajoy. Antes le había preguntado a un amigo si lo vería y me contestó que no, porque 'para qué si todo lo que dirá será mentira'. Con lo cual ya me quedé tranquilo por no verle. ¿Tenía razón mi amigo?

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Gota SIN NINGUNA GRACIA Y QUE LLUEVE SOBRE MOJADO: Los juristas del Congreso avalan pagar a tres exaltos cargos 532.000 euros de indemnización. (Ubaldo Nieto, Manuel Núñez y María Luisa Cava de Llano). El Gobierno sigue sin eliminar dicha prebenda.

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