Puntadas sin hilo

¿Para qué?

¿Libertad para qué?

¿Educar para qué?

¿Manifestarse para qué?

¿Hacer huelga para qué?

¿Ser demócrata para qué?

¿Votar para qué?

¿Ser nacionalista para qué?

¿Ser buena persona para qué?

¿Ser católico para qué?

¿Justicia para qué? (¿y para quién?)

¿Hablar de política para qué?

¿Enriquecerse para qué?

¿Es rentable ser corrupto?

¿Abortar para qué?

¿Ley de muerte digna para qué?

¿Sanidad universal y enteramente para qué?

¿Ayudar a los enfermos dependientes para qué?

¿Conceder papeles a inmigrantes sin ellos para qué?

¿Ser Presidente del Gobierno para qué?

¿Ser ministro para qué?

¿Rescatarnos para qué?

¿Establecer la cadena perpetua para qué?

¿Autonomías para qué?

¿Politizar la televisión para qué?

¿Hacer Presupuestos Generales del Estado para qué?

¿Decir la verdad para qué?

¿Constitución para qué? ¿Reformarla para qué?

¿Suprimir desahucios por impago de hipoteca para qué?

¿Creer en la justicia para qué?

¿Ser monárquico para qué?

¿Ser republicano para qué?

¿Rodear el Congreso para qué?

¿Tenerle miedo a la policía por qué?

¿Escribir en un blog para qué?

Es mejor ser, simple y puramente, de derechas.

Ocho respuestas acertadas dan derecho a un jamón.

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La gota MÁS PELIGROSA DESDE QUE ESTE BLOG EXISTE:

Aun siendo gravísimo lo del rescate económico de nuestro país, todavía lo es más lo que está ocurriendo con la policía, tanto estatal como autonómica catalana. Que se declare la impunidad de hecho de las Fuerzas de Seguridad al impedir que se puedan grabar y difundir sus imágenes en cualquier medio es un atentado frontal contra todos los derechos fundamentales de los ciudadanos. Es estar a las puertas del Antiestado de Derecho. De ahí pasaremos a la supresión de la obligación de grabar interrogatorios, ocultamiento de torturas, el establecimiento de una patente de corso para que la policía muela a palos y lesiones a los ciudadanos reunidos en cualquier manifestación, sin posibilidad de prueba alguna para el encausamiento por convertirse en invisibles.

Que una policía autonómica se subleve contra el orden constituido y se suba al carro de los sublevados es una provocación y un delito de la más alta traición. El solo hecho de que un Consejero autonómico indique esta posibilidad es una afrenta a la convivencia, y un reto de imprevisibles consecuencias.

Obtener muy amplia mayoría en un Parlamento tras unas elecciones no da derecho ni justifica deslizarse hacia un autoritarismo rayano en el fascismo. Que se haga en paralelo con una enorme crisis económica es una artimaña digna de los más tenebrosos gobernantes que pueda haber. Es aprovecharse del sufrimiento de los ciudadanos para ganarse la vida y poder comer sin caer en la desesperación.

Los Gobiernos central están repartiendo todas las papeletas para la tragedia.

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