Puntadas sin hilo

Demagogia sobre la vivienda

¿Ustedes duermen esta noche en su casa y en su cama? Seguro que sí. ¿Y mañana? Seguro que también. Y al otro, y al otro. Pues bien, sepan, saben, que 300 españoles y sus familias no lo harán, no podrán hacerlo, porque les habrán quitado sus casas al no poder pagar a los bancos, sí, esas entidades respetables a las que nosotros les quitamos las castañas del fuego de su mala gestión con nuestro dinero y un poquito los propios 300 desahuciados diarios.

¿Qué Parlamento es éste, qué Gobierno es éste, que ignoran la petición de 1.400.000 de quienes los eligieron y se niegan a tramitar y resolver este drama social que podrían solucionar con un decreto sin más, pero prefieren alegar que la ley es la ley, aunque sea del tiempo de Maricastaña, y no se puede perjudicar a las benéficas y sacrosantas entidades bancarias, qué Parlamento es ése, qué Gobierno es ése?

Sí, es una cifra abstracta, 300 desahucios diarios sin rostro. Yo maldigo la ley. Una ley que consagra la explotación y abuso del banco por el hombre. He ahí la constatación de que quien manda son los bancos y no los políticos, he ahí la sumisión de la democracia al poder económico. Con la anuencia de todos los partidos que nos representan o dicen que nos representan, salvo una mínima excepción, y tal vez el voto favorable de quienes antes lo negaron reiteradamente.

El Parlamento es la tumba de la Constitución, su negación, su burla. Seis millones de viviendas vacías y otros tantos millones de gente sin ella o expulsados o suicidados. Estos suicidios gravitarán eternamente sobre nuestras conciencias, ya que ni los bancos ni los políticos tienen conciencia ni coraje cívico. Es la nueva usura, la usura de la letra pequeña y de no conformarse con que les devuelvan el piso, sino que, además, quieren sangrarlos para el resto de sus vidas. La implacabilidad de la ley y su alevoso mantenimiento.

¿Qué Parlamento es éste que lo permite, es el que queremos, es el que desean 1.400.000 españoles que firmaron, es el Parlamento de los 45 millones de españoles que firmarían gustosos? Inútil Parlamento, inútil e inhumana democracia. Esto de los desahucios es la primera y más grave corrupción, ahora que aparentemente tan ocupados andamos con el tema. No existe corrupción peor que arrebatarles a los ciudadanos su techo. Claro, ellos, los diputados duermen calentitos y sin angustias. La ley es la ley, y encima no queremos cambiarla, nos da miedo, no es justo, es mejor permitir que los bancos se conviertan en okupas, el Congreso de los Diputados cambiará mañana de nombre y pasará a llamarse Banco de la Infamia Inmobiliaria.

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Gota ANGUITA: Humildemente reconozco que, a efectos prácticos, no he entendido en qué consiste la propuesta de Julio Anguita de formación y desarrollo de un Frente Cívico para que el pueblo sea el contrapoder. ¿El pueblo no debería ser el poder? ¿Alguien puede explicarme qué medidas reales y pragmáticas propone más allá de buenas y bellas palabras y el famoso programa, programa, programa de la pinza, y, sobre todo, cómo se consiguen? ¿Alguien puede aclararme con sencillez, rotundidad y concreción, si es tan amable y sin tochos, en qué se traduce ese programa, programa, programa?

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