Puntadas sin hilo

La culpa no es de los políticos,

sino de los ciudadanos. Porque lo peor de la actual situación de España radica en la impotencia de unos y la conformidad e indiferencia de otros, que son los más numerosos. Y no hay forma de convencerlos, a pesar de que también reniegan de la situación.

Los impotentes poco pueden hacer, tanto por la falta de coordinación como por la capacidad represiva de quien ostenta el poder. Todos están descontentos por parcelas, ‘a poquitos’, pero no hay manera de unirlos. Médicos, maestros, desahuciados, etcétera, ya conocen la larga lista. Con unos sindicatos comodones y ciertamente tampoco muy respaldados. Pero en fin, la discrepancia, la protesta y la lucha están ahí, aunque sin éxito.

Lo grave, como digo, reside en los millones de ciudadanos temerosos que no quieren líos, no vayan a perder lo poco o mucho que tienen, conservadores de alma, insolidarios, indiferentes que ‘éstos son los menos malos’, apolíticos, en suma, ellos nada pueden hacer.

En tales circunstancias resulta imposible la lucha, y todo queda reducido a proyectos y sueños lejanos. No hay vía para doblarles el pulso ni para agregarlos pacíficamente a la reclamación social. Son ateos políticos, como con feliz expresión los definió alguien de este blog.

Lo lógico es el pesimismo. Lo deseable y fantástico es el optimismo. Y la historia del mundo es la cristalización de lo deseable.

Que sepan, al menos, que no permitiremos ser esclavos, que es mentira lo que propugnan los agoreros de que esto no es una crisis sino que se ha producido un cambio de sistema sin necesidad de una guerra, como hasta ahora siempre fue preciso. No nos demos por vencidos. Todo consiste en ir convenciendo uno a uno, boca a boca, a esos millones de ciudadanos y hacerles ver que si no se adhieren a la rebeldía, sus hijos sí serán esclavos. Es su único flanco débil. Nuestra esperanza está en que les entre el pánico por el bienestar de sus hijos cuando vean que se pasan meses y meses ‘echando currículos’ o teniendo que acudir finalmente a la ‘movilidad exterior, como con expresión repugnante dijo la ministra, es decir, emigrando por muy preparados que estén. Son unos sentimentales. Y cuando los ciudadanos rebeldes de España sean mayoría, los políticos, y sus jefes económicos, claudicarán. Ésa es la tarea.

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Gotas INTERROGANTES: 1. ¿Les parecería bien a los españoles que se dejase quebrar a los bancos?

2. ¿Estarían los españoles a favor de meter en la cárcel a los causantes de la crisis? ¿Qué pena les pondrían?

3. ¿Están a favor de la continuidad de la Monarquía?

4. ¿Serían partidarios de salirse de Europa y del euro?

5. ¿Son firmes defensores de la unidad inquebrantable de España?

6. ¿Suprimirían las autonomías?

7. ¿Son partidarios de continuar subvencionando a la Iglesia Católica?

8. ¿Admiten que haya sociedades con enormes patrimonios (llamadas sicav) que tributen al 1% porque de lo contrario amenazan con irse de España?

9. ¿Rechazan de plano el socialcomunismo?

10. ¿Son partidarios de imputar a la Infanta Cristina?

11. ¿Hay que pagar la deuda con los bancos extranjeros? ¿Por qué a las preferentes se les puede aplicar una quita o rebaja del 70% y a la deuda no?

12. En los momentos actuales, ¿es necesaria la violencia? ¿Y posible?

13. ¿Son necesarios los partidos políticos?

14. ¿Son partidarios de privatizar la sanidad?

15. ¿Son partidarios de privatizar la educación, entregándola mayoritariamente a la Iglesia Católica?

16. ¿Son partidarios de hacer desaparecer el matrimonio homosexual?

17. ¿Son partidarios de que continúe la legislación actual sobre el aborto?

18. ¿Saldremos de la crisis? ¿Cuándo?

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