Puntadas sin hilo

La izquierda

La izquierda, teóricamente, significa progreso. Pero a veces, bastantes, demasiadas, se desvía y se confunde con su enemigo de la derecha. Es lo que tiene la ambición de permanencia en el poder. Sus ex defensores no le perdonan la traición y la abandonan nostálgicos. El progreso no es normal en la Humanidad, sino que avanza a tropezones y retrocesos. Por eso es difícil la labor de la izquierda. Pero antes de definir qué es la izquierda, es necesario, pues, saber qué es el progreso y qué busca:

El progreso se caracterizaría por: 1. Avanzar para solucionar problemas actuales. 2. Realizar máximo esfuerzo de solidaridad. 3. Consecución de la libertad y de los derechos fundamentales. 4. No abandonar nunca la democracia. 5. Olvido de tabúes y principios religiosos de más de mil años. 6. Anteponer a cualquier problema, por grave que sea, la paz mundial. 7. El ser humano como centro de todo.

De todos modos, la izquierda mola cada vez menos en el mundo. La decencia social está en crisis, atrapada en el egoísmo y la opresión de los poderosos. La izquierda ha perdido la superioridad moral de la que presumía. Y además está dividida, los unos le niegan la condición a los otros. Todos quieren ser exclusivistas de la marca. Tal deseo de purismo es una de las causas del fracaso. Los puros exquisitos o rechazan al otro o le perdonan la vida. Pero nadie tiene el copyright. Tan incorrecto es decir que PP y PSOE la misma mierda son como decir que IU y comunismo también lo son.

Ha habido y hay mucho trepa en la izquierda, es una forma relativamente cómoda de prosperar. Otros pertenecen por sana convicción, por deseo honesto de contribuir a la mejora del mundo. Y otros lo ven como simple salida profesional. También es preciso señalar un cierto grado de fanatismo en la izquierda, que obnubila la realidad. Los ciudadanos están desconcertados y permanecen en desconfianza, no lo ven claro.

Y sin embargo la izquierda, toda, mueve el mundo, al igual que escribió Umberto Eco del misterio, la izquierda es el revulsivo de la Historia; aunque desfallezca, aunque en ocasiones traiciones sus esencias. La izquierda es el reloj digital del tiempo político y social, el metrónomo de la convivencia y la justicia, el reloj de cuco de la satisfacción humana, la izquierda le toma la tensión sanguínea a la Historia y al progreso. La gente de izquierda son los misioneros civiles de la razón, el sueño luminoso de la larga noche de la vida, la quimera realizable, el orgullo de ser partícipe del progreso y no un viejo o joven carcamal de la comodidad, Sí, se puede ser de izquierdas. La izquierda justifica la existencia de millones de personas, que lo son no porque no tengan más remedio sino porque lo desean y lo sienten y lo gozan. Ser de izquierda coincide con ser de abajo, lo mismo que ser de derechas es ser de arriba. Ésa es la lucha, la izquierda puede, en ocasiones, hacer la revolución; la derecha solo puede abortarlas.

Pero por mucho que la asesinen, la izquierda siempre estará viva o al menos subyacente. Es mentira que la derecha anide en la naturaleza del ser humano, es mentira que siga ocurriendo lo mismo que hace 4.000 años, si algo ha cambiado en el planeta es que, aun siendo muy injusto el mundo, es mucho más justo y eso es obra de la izquierda. La izquierda es el horizonte del que habla Eduardo Galeano, nunca alcanza su objetivo pero es lo único que sirve para caminar. La izquierda, toda, es una obligación.

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Gota LABORAL MONSTRUOSA: La Comunidad de Madrid insta a las oficinas de Empleo a que ofrezcan las ofertas de trabajo a los parados que reciben prestación antes que a los que ya no reciben ninguna, a fin de aligerar la factura de las prestaciones, y también prioricen a quienes tengan estudios de Bachillerato y edad entre 20 y 45 años. O sea que si tienes 50 y ya no cobras nada y no tienes el Bachillerato, quedas condenado al paro eterno.

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