Tras el tornado Aznar, ¿qué pensarán los once millones de votantes del PP? ¿O los criterios políticos de los españoles son inamovibles? Es como si Benedicto XVI retornara a la actualidad para desairar al papa Francisco. Es fácil predecir que muchos de ellos, tal vez la mayoría, dirán que tiene razón porque Rajoy es un blando y corremos el peligro de que nos lleve a la ruina total. Mejor cortar antes de que ocurra. Aznar aclarará que ha sido mal interpretado y que él nunca dijo lo que dijo. Rajoy guardará silencio, o en todo caso le contestará que el que fue a Sevilla perdió su silla, y si te he visto no me acuerdo, es decir, que lo ignorará, como ya hizo ayer en Bruselas. Pero el bicho está dentro. Llegarán a una componenda y Rajoy continuará de presidente con el apoyo explícito de Aznar tras aceptar de modo sibilino los cambios políticos exigidos por su antecesor y mentor. Con lo que, paradójicamente, el Partido Popular saldrá reforzado, entre la desesperación y desilusión de los ciudadanos de cualquier espectro. Tras el tornado, la reconstrucción.

Naturalmente se llegará a esta solución porque Aznar no habrá encontrado apoyo suficiente para su golpe de Estado, en particular entre los banqueros principales; sorprende que se haya podido tirar sin red, empujado por sus ultrafans que le han hecho creer ungido de Dios y que el milagro es él. El carácter se le agriará aún más. El PP resiste todo tipo de seísmos y fallas.

Porque, en el terreno de la especulación, ¿qué pasaría si realmente Aznar retornara al poder? La respuesta es fácil: nada, no pasaría absolutamente nada, sería lo mismo con formas de más dura expresión. Se plegaría a Europa, favorecería a los suyos, seguiría haciéndonos la vida aún más desagradable y la crisis continuaría. Hasta que se le desinflase el ego, la soberbia y la chulería.

El verdadero tornado, el verdadero terremoto, es que a la gente ya le da igual quien gobierne. España ha puesto el piloto de la desafección. Aunque seamos tan morbosos y contradictorios que internamente estemos deseando que la vuelta de Aznar se consume. Pero todo ha sido una falsa alarma, un fuego de artificio, una pompa de jabón, a Rajoy no le hará falta ni presentar una cuestión constitucional de confianza en el Parlamento, ni convocar en julio un Congreso extraordinario del PP, como sugieren y desean los militantes más duros, el tornado va remitiendo, Aznar ha entrado a matar y ha pinchado en hueso por mucho apoyo mediático que tenga, su intento ha fracasado, su vuelta en plan De Gaulle habrá sido el sueño de una noche de primavera, se desinfló el globo, pensándolo bien creo que esa entrevista fue la tumba de Aznar. Asunto terminado. Aznar, con su burbuja, fue el causante del fracaso económico de España y de la corrupción sobrevenida como consecuencia.

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Nueva Gota LACERANTE DE PARADOS: Según el Instituto Nacional de Estadística, los parados con más de tres años sin trabajo se disparan y ya superan el millón.
Solo las empresas de más de 250 trabajadores crean puestos de trabajo. (Con lo que se comprueba que es mentira que sean las pequeñas y medianas empresas las que crean trabajo)