Puntadas sin hilo

Llevárselo crudo

Bueno, yo no sé si son delitos, faltas administrativas o nada o incluso ha prescrito todo o no, pero el hecho cierto es que se lo han llevado crudo y a espuertas. Nuestro dinero. Porque los partidos políticos se financian con nuestro dinero a través de las asignaciones que reciben de los Presupuestos Generales del Estado, se supone que para sus actividades estrictamente políticas y no para embolsárselo en sus cuentas particulares. Aparte, claro es, de la financiación extralegal que los partidos, y se presume que también los gestores en comisiones, reciben por donaciones, previsiblemente a cambio de favores y concesiones. Toda una ingeniería barata del expolio, de la malversación y de la apropiación debida o indebida. La corrupción como norma general y no como excepción, ése es el resumen que se puede hacer de la actividad política y empresarial en nuestro país. Lo cual les inhabilita, si no penalmente sí democráticamente. Todo un hedor, por mucho que se diga que la mayoría son honestos. Pero que no hacen lo suficiente para erradicarla y expulsar a los deshonestos.

La lista de quienes han cobrado clandestinamente es inacabable. En todos los sectores. En los partidos, en la banca, en los ayuntamientos, en las empresas, en la prejubilaciones, en estafas preferentes, en los paraísos fiscales, por supuesto. Es una montaña rusa mareante que no cesa y hay que actualizar cada día. Sin que la sociedad se conmocione y rebele, al menos en la protesta colectiva. Los españoles han caído en catalepsia. Si lo que se ha descubierto estos tres o cuatro últimos años hubiese ocurrido hace diez o quince, la indignación y el clamor populares habrían sido políticamente decisivos; ahora nos enteramos casi con indiferencia, aceptándolo como hecho inevitable. Ni siquiera el interés mediático es general, la corrupción ya no vende. A lo más que llega la gente es a decir ‘son todos unos golfos’. Y con razón. El pueblo pasando estrecheces y miserias, y estos sujetos arramblando con lo que han podido y les ha apetecido. Aquí ha cobrado hasta El Tato. No los condenarán, pero los trincones no se librarán jamás de ese estigma. Ni los organismos a que pertenecen, tampoco. El hierro de la corrupción marca a fuego sus lomos. Son las reses del desprecio. Lo único que resta pedir es que los integrantes del muestrario variopinto y amplísimo de indecencias sean públicamente reprobados por los españoles, como ejemplos a no imitar. De lo contrario ésta habrá sido la Democracia del asco. Todo habrá sido un vómito, todo habrá sido, y es, la justificación de lo injustificable.

Por cierto, una estúpida pregunta: ¿No deberían, aunque solo fuera por decencia personal y no judicial, devolver todos, todos, el dinero de esos modos cobrado? No se rían, por favor.

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Gota REAL: Nuevo peldaño de descenso en el prestigio de la Monarquía con la no imputación definitiva de la Infanta Cristina.

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Gota MINISTERIAL: Resulta incomprensible el triunfalismo de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, cuando anuncia que existe la posibilidad de que 5.000 españoles magníficamente preparados no tengan más remedio que ir a trabajar a Alemania, y es una verdadera pena que lo que nos ha costado a los españoles la formación de estas personas se pierda en beneficio de otros países. Claro que siempre le queda a la ministra la justificación de que es ‘movilidad laboral’.

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