No habríamos cometido los errores que hemos cometido y que nos han llevado a una dictadura encubierta tintada de buenas palabras. Porque también en las dictaduras se vota en libertad y cuentan con la anuencia de mayorías abrumadoras. Lo que iguala a una democracia con una dictadura es el abuso del poder adquirido.

En España actualmente no hay nada que no esté bajo el control y capricho del Gobierno y su Presidente. Ni la facultad de dictar las leyes que deseen y como las deseen, ni designar para las cúpulas de la justicia a personas de su misma sintonía ideológica, ni modular la Constitución a su modo y manera, ni conceder generosidad máxima a los dislates de la Monarquía, ni permitir que la Iglesia Católica continúe gozando de unos privilegios ofensivos, ni que los medios de comunicación en su mayoría sean sus voceros, ni que la banca sea el gran supermercado de la economía. Nada. El Gobierno puede hacer lo que le dé la gana. Y lo hace.

Disfraza de justicia social sus actuaciones, refuerza las diferencias, se muestra implacable y cruel con los débiles. El Gobierno es un lobby de iniquidades como representante fiel de quienes históricamente siempre han mandado en España. Sin el menor rubor, con la mayor indecencia desprecian o ignoran el sufrimiento de la gente, y por eso aparecen sonrientes y triunfadores en las fotografías. Inventan y exageran compromisos, deudas y herencias para hacer ver que su labor es salvadora.

Proponen reformas de la Administración que todos, y ellos, sabemos que no se van a cumplir, venden y por tanto privatizan edificios públicos y despiden funcionarios, y ahora van a iniciar una campaña para convencernos de que su Ley de Mejora de la Calidad de la Enseñanza es la buena y la única posible, después de cargar los cimientos ideológicos de la educación. Están haciendo una voladura controlada de la España democrática que a trancas y barrancas habíamos construido entre todos, ellos incluidos. La Marca España será la fotografía de ese edificio sabiamente dinamitado que se derrumba en segundos sobre sí mismo. Bajo los escombros quedan los cadáveres de millones de españoles. Porque si se pasa hambre o te quitan el trabajo y recortan tus derechos también se es cadáver. Solo queda meditar por qué ha ocurrido esto, y ver qué posibilidades hay para que no levanten el nuevo edificio en la más absoluta impunidad, y conseguir que España vuelva a ser una democracia, aunque sea con una derecha respetuosa en el poder. Tal vez lo que nos faltó fue racionalidad y exigencia y nos sobró soberbia y creernos superiores.

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Gota del CARGO INQUITABLE: Hace ya muchísimos años el Tribunal Constitucional dictaminó que el cargo político pertenece a quien es titular y no al Partido al que representa. Ello lleva a situaciones que dificultan la lucha contra la corrupción, como es el caso del diputado del PP Rafael Blasco en las Cortes valencianas, o la alcaldesa de IU en Manilva por haber colocado en el Ayuntamiento a decenas de familiares y allegados del partido, o hace unos meses la moción de censura que presentaron los concejales del PSOE en Ponferrada con el apoyo del anterior alcalde condenado por el caso Nevenka. Todos hacen caso omiso a las exigencias de sus partidos y conservan su cargo pasándose al Grupo Mixto.