Puntadas sin hilo

Planes para otoño

Estoy preocupado porque no sé qué hacer en otoño. Que, como todos los otoños, nos dirán que serán calientes, pero luego son tranquilísimos.

Desde luego no estoy dispuesto a seguir diciendo que el PSOE debe renovar todos sus directivos, líder incluido, y definirse ideológicamente para aclararnos de una vez si es izquierda o no. Que hagan lo que quieran. Por supuesto que tampoco diré que ya sé que es difícil encontrar sustitutos, y no son malos del todo pero que tienen que comprender que la gente ya no los soporta y no se fían de ellos, hagan lo que hagan o digan lo que digan, que parece que lo único que quieren es seguir en los cargos, tal vez por no tener otra perspectiva ni futuro.

Pero tampoco entraré en el jueguecito de que PP y PSOE la misma mierda son; los izquierdistas y abstencionistas puros y maravillosos no saben, o sí lo saben, el daño que han hecho con tan artera y repetida manifestación. Han calmado su celo revolucionario, pero solo han crecido un pelín. Serán la misma mierda, pero hay mierdas y mierdas (lo mismo que entre los puros). El sistema no se puede cambiar -la comunidad internacional no lo permite-, y la mierda PSOE es, aun en su dejación de funciones, menos cruel que el PP y se preocupa más por los desfavorecidos. (Ya sé que esta afirmación conlleva que los puros te cataloguen de pro PSOE, por mucho que lo pongas en entredicho). Pero en fin, si son felices... Yo no puedo hacer la revolución, pero la espero ansiosamente y deseo que la consigan (no es broma).

No escucharé en tertulias de radio y televisión lo que digan los abogados cada vez que vaya a declarar alguien en el caso Bárcenas. Dicen lo que les conviene. Hay que reconocer que el único respetuoso es el abogado del encarcelado, Gómez de Liaño. No sé, pero si el juez no consigue que los empresarios, que se dice dieron dinero al PP a cambio de que les concedieran obras, canten la gallina creo que el PP se librará de la acusación de financiación ilegal, que es lo grave y sustancial de este asunto, y Bárcenas será el único paganini por sus clamorosos trapicheos. Porque lo de los sobresueldos, en el peor de los casos, quedará o en nada o en que han prescrito o en simples faltas administrativas sin repercusión política. El juez no habrá podido hacer más.

Lo de Urdangarin me aburre. Es terrible que con tantas garantías procesales y con tanta y necesaria comisión rogatoria a otros países cualquier asunto judicial dure años. Por eso, en otoño ni pío, imputen por fin o no a la Infanta, que se está convirtiendo en un folletín.

Como es lógico, el Parlamento y todo lo que en el ocurra y se diga, ni caso. Lo de la abrumadora mayoría absoluta y el uso descarado que hacen de ella, resulta decepcionante. Son discusiones de besugos, da igual lo que digan unos y otros, se vota y ya se sabe lo que se va a votar. Vivimos en una democracia encapsulada.

Catalunya habrá tenido un gran éxito con la Diada y la cadena humana a favor de la independencia, perdón, quiero decir a favor del derecho de decidir. Pero Rajoy será implacable y en otoño todo estará como siempre, ni para adelante ni para atrás. Le acusarán de no ser demócrata, pero el concepto de lo que es ser demócrata difiere según la visión de quien lo dice.

A lo único que prestaré atención, y toda la que pueda, será al paro. Porque por mucho que presuman del fin de la crisis, hace falta ser memo para no darse cuenta de que no es posible, por buenas que sean las cifras macroeconómicas, si la cuarta parte de los españoles está sin trabajo. Y esto no lo van a arreglar, en contra de lo que prometieron para llegar al poder, ¿o no lo recuerdan? Esto es el drama de España, pero hasta eso resisten. El paro es nuestro principal fracaso.

No perderé ni un minuto con que si el Rey debe abdicar y si debe venir la República. Ni va a abdicar ni va a venir la República. Aparte de que no tiene importancia más que en lo teórico en estos graves momentos. Ni arreglaría nada.

A través de ustedes me enteraré de si ha habido muchas manifestaciones y protestas y si la policía ha tenido una actuación correcta. Esta democracia española ha entrado en hibernación e indolencia.

No me interesa lo más mínimo si Rajoy va a hacer cambios en el Gobierno, como dicen los enterados. Creo que no los va a hacer y si los hace da igual a quien quite y a quien ponga. Ni hay fricción dentro del PP ni nada de nada que cuestione la autoridad de Rajoy.

Y también:

Pasaré de las pullas y descalificaciones que permanentemente se lanzan los partidos sin el menor decoro político ni democrático.

No intentaré adivinar qué quieren decir Cayo Lara y su grupo con el puño levantado, ni hacer un máster para escudriñar su programa.

Ni tratar de convencer a los abstencionistas para que voten. El fuera de juego también existe en política. Y no digamos unos que proponen un Partido de los Abstencionistas con el objetivo de que los escaños que consigan permanezcan vacíos, como si de ese modo fueran a restar poder al ganador.

Ni por qué la gente tiene tanto odio o desprecio a los sindicatos y no es comprensiva con sus dificultades.

No indagaré las presencias y ausencias del 15-M y demás grupos sociales surgidos, ni qué fines persiguen ni su falta de concreción.

España, la injusticia agrandada y perpetuada.

En otoño, todos los dinosaurios de uno y otro signo continuaban allí. Así que me dedicaré a hacer sopa de letras. Los dinosaurios me aburren. Y no estoy dispuesto a volverme estúpido con tanta y tan fatigosa futilidad política. ¿Me habré hecho un facha? ¿O será la vejez?

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