Puntadas sin hilo

Echándole un cable al PSOE

Parece que no es tan absurdo ni son la misma mierda: Baltasar Garzón y exdirigentes de IU apoyan al PSOE para "derrotar a la derecha". O sea, que el PSOE no es de derechas, se deduce a pocas luces que se tengan. Solo le niegan tal condición los perfectos, los puros desclasados, loa dictadores del dogma.

Cierto que el PSOE es como la paella: se le puede echar de todo, según afirma el experto y gran escritor Manuel Vicent del tradicional plato. Y efectivamente, se le puede echar ambigüedad catalana, se le puede echar incumplimiento asturiano, connivencia europea con el PP, se le pueden echar sus corrupciones y prebendas, no criticar lo más mínimo a la Monarquía, su débil apoyo a los desahuciados, se le puede echar confirmación con el penoso y reciente pasado socialista, confirmar el poder de la Iglesia, se le puede no escuchar a las bases, romper con el PP y a la vez negociar, y mil ingredientes más, cocinado todo por el siniestro chef Rubalcaba y sus pinches que no comprenden que se les ha pasado el arroz y han perdido toda credibilidad por su deseo de permanencia cual salvadores del Partido. Si mañana se produjera el milagro de la renuncia de Rubalcaba, el PSOE recuperaría favor de los ciudadanos. Pero no, no se producirá.

Y de todos modos el PSOE sigue siendo necesario; no es probable que le ocurra lo que al Partido socialista italiano y hasta hace poco al francés. Y continúa siendo necesario porque el PSOE no es la derecha, digan lo que digan los purísimos. Sin él, como dice el admirado Garzón para lo que conviene y demás firmantes, la derecha será imbatible. El otro Garzón, Alberto, tampoco lo repudia, aunque no sea ésa su trinchera. Ni Cayo Lara ni Llamazares ni IU andaluza ni..., solo los exclusivistas de lo genuino, solo los facilitadores de la continuidad de la derecha, los que estúpidamente prefieren la suicida guillotina real o política a las urnas y miserias de la democracia.

El PSOE está en la confusión y en la indecisión, pero no en la caverna ni en la misma taza de váter. El PSOE está en la posibilidad. Ante tanta y tan continua injusticia la querencia natural es guillotina, pero se queda en lo teórico, y la realidad pragmática es las urnas conjuntas o de posteriores acuerdos. Ni el PSOE puede pervivir sin IU ni IU gobernar sin el PSOE. Ambos deben rebajar humos y vanidades. Eso es lo sensato y lo que los españoles progresistas quieren, no lo que cada uno de nosotros desearíamos o soñaríamos. El próximo fin de semana el PSOE, en su Conferencia Política, decidirá si se desentiende definitivamente de la derecha o no y si se aproxima a IU o no, y, sobre todo, si nos lo creemos o no y qué garantías de cumplimiento ofrece. La paella está a punto de servirse. Veremos si se ha socarrado o no.

Ah, y ya pueden empezar a decir que se me ve el plumero socialista y quedarse tan contentos. Yo es que no soy nada partidario de la guillotina.

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