Puntadas sin hilo

La convención del PP

Las huestes del PP son llamadas a capítulo general en Valladolid. Las cosas no van mal, gracias a nuestro esfuerzo. Hemos salvado a España del desastre. Pero no debemos dormirnos en los laureles. Los enemigos nos acechan. Tenemos que ser fuertes. Todavía nos queda mucho por hacer. Nosotros somos un partido serio, no como otros que se diluyen en inconsecuentes proyectos o en arribismos oportunistas sin porvenir. Es cierto que hemos hecho sufrir mucho a los españoles, que generosamente lo han comprendido y aceptado. Pero en esta nueva etapa que se abre hoy les compensaremos. Reduciremos los impuestos, que no hubo más remedio que subir.

El país está en calma, con las tensiones normales de una democracia. Una democracia que no puede tolerar que España se fragmente (atronadores aplausos) por la ambición de unos falseadores de la historia y de los afectos.

Tratan de atacarnos con una supuesta división en nuestras filas. Nada más lejos de la realidad. Un pequeño flujo de idas y venidas es normal y refuerza nuestras posiciones de centro. Porque en el centro está la victoria, no lo olvidéis. Y nosotros somos el centro. Un centro que no se avergüenza en Europa, donde somos respetados y hasta me atrevería a decir que admirados. Nuestras reformas financiera y laboral han sido ejemplares, y así lo reconocen. Todavía quedan flecos, pero lo sustancia está hecho.

Frente al desorden que reinaba, hemos conseguido el orden en todos los terrenos. Hemos respetado la libertad, hemos aguantado con sencillez miles de manifestaciones sin fundamento. Hemos aprobado una ley de educación que impulsará sin deformaciones el saber de los españoles. Hemos escuchado, hemos dialogado, hemos rectificado todo lo que era sensato. Tenemos un rey, una monarquía, que cumple con largueza y perfectamente con su cometido institucional. La Constitución está más viva que nunca y protege a los españoles frente a reclamaciones espurias. La economía se hace cada día más sólida. Despegamos, salimos de la crisis en que nos dejaron. La justicia social es un hecho. Las cargas han sido distribuidas de modo equitativo. La libertad de expresión está garantizada. Los tribunales aplican la ley con mesura y acierto, y nos calumnian cuando dicen que los hemos acoplado a nuestros intereses. Muchos jóvenes han optado por irse al trabajar al extranjero para así ampliar sus conocimientos y sus aspiraciones vitales. Nuestros mayores son un ejemplo de dignidad, les hemos asegurado sus pensiones y su calidad de vida. La sanidad sigue siendo gratuita y universal, en contra de quienes nos difaman. España y los españoles están en alza. Seguiremos sacrificándonos hasta merecer nuevamente su atención y su confianza. No queremos ser triunfalistas, queremos, y debemos, ser realistas. El Partido Popular estará siempre ahí, al servicio de todos los españoles.

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