Puntadas sin hilo

¿Qué es el centro?

Explica el sociólogo y vicepresidente de Metroscopia, José Pablo Ferrándiz, que los españoles votan centro y huyen de los extremismos. Por eso el PP insiste en calificarse de centro y no le preocupan los pequeños escapes de derecha dura. Por eso también el PSOE sigue teniendo un suelo electoral importante aun en medio de su desconcierto. Por eso todos quieren ser el centro, ya sea centro-derecha ya centro-izquierda.

Pero ¿qué es el centro? Lo importante, pues, no es saber qué es la izquierda y perderse en discusiones bizantinas, sino saber qué es el centro, como foco de atracción del apoyo de los ciudadanos, y saber también qué posibilidades tiene la izquierda más radical y genuina. Porque puede tener razón el sociólogo. El grueso de los españoles, que son los que deciden, se aleja de posiciones de ruptura fuerte. Es una lástima, pero puede ser así. Habría que pedirle a la izquierda que no se ensimisme y encastille en sus postulados más duros si quiere tener influencia en la práctica política española y no quedarse en las falsas expectativas por muy deseables que sean. No renunciar a las esencias, pero no exigir totalidades máximas. La izquierda no puede ser una isla en el concierto político. Salvo que quiera morir con las botas de la pureza puestas. Tan de izquierdas es el que pacta como el que no.

El centro es el mantenimiento y defensa del sistema político establecido, permitiendo únicamente fluctuaciones o vaivenes que no lo desvirtúen.

El centro es la perpetuación del desequilibrio social.

El centro es una renuncia constante, detener el motor de la historia, la coartada de quienes se consideran progresista.

El centro es la vida con sordina, el hábitat de los pusilánimes, de los embaucadores, de los satisfechos. El centro es resignarse. Un continuo cambalache. La adulterada droga de la sensatez.

La elusión del auténtico compromiso y gratificante responsabilidad.

Pero eso es lo que impera, y eso es lo que parece que quieren los españoles. ¿Cómo se lucha contra esto?

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Gota IMPÚDICA: No tienen pudor. No están en política para enriquecerse, pero se enriquecen, no durante sus mandatos pero sí a posteriori como consecuencia de sus mandatos. Comprarse un chalé veraniego de dos millones de euros en estos momentos en que la cuarta parte de las familias españolas está en la pobreza o la bordean resulta procaz y es muestra de absoluta insensibilidad social. Pero no es solo el señor Aznar, son todos, sean del partido que sean y salvo excepciones. Y todos los ex ministros con sus enchufes. Y todos los ex presidentes de Comunidades Autónomas, también salvo rarísima excepción, con sus enormes sueldos vitalicios para ellos y sus familias. Es un escándalo y una ofensa.

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