Puntadas sin hilo

El Estado de la Nación

Bien podría decirse que el Debate sobre el Estado de la Nación, que comienza hoy en el Congreso de los Diputados, es un nuevo programa ficción de Jordi Évole, transcribiendo todo lo que allí ocurra. Resulta increíble que la política nacional esté dirigida por dos personas, presidente del Gobierno y líder de la Oposición, que cuentan, ambos, con el rechazo del 90% de la población.

¿En realidad ustedes no saben ya todo lo que se va a decir y decidir en el tal debate? ¿Para qué celebrarlo, entonces? ¿Para justificar que estamos en una democracia, para exhibir vanidades, para hacer propaganda electoral en el sacrosanto Templo del Diálogo? Para todo, menos para lo que necesita y desea el pueblo.

Acaban de sacarla de la UCI y la han pasado a planta, pero su estado sigue siendo grave. Padece neumonía institucional, hipoglucemia económica, y fallo moral multiorgánico que pueden hacer que en cualquier momento el paciente entre en coma irreversible. El doctor Rajoy ha sido el cirujano-jefe, asistido por un equipo de residentes en prácticas ministeriales, y el doctor Rubalcaba ha ejercido de anestesista a capela. El pronóstico es preocupante, a pesar de la actual mejoría. Miradas al trasluz, las radiografías y resonancias de España revelan tumores de incierta cirugía. Una corriente de aire europeo y el enfermo pasa a mejor vida.

Lo más grave del Debate sobre el Estado de la Nación es que no le interesa a nadie, los ciudadanos pasan, tan escasa es la confianza en este equipo médico ya habitual. El doctor Rajoy informará sobre los éxitos económicos de la anterior operación, que venía lastrada por las dolencias que sufría el paciente, y anunciará que, aunque serán necesarias nuevas pero pequeñas intervenciones de ajuste y austeridad para que fluya el flujo de la sangre del crédito, sin embargo el futuro es esplendoroso, la vida del enfermo está garantizada en buenas condiciones y con dos cojones prometerá bajadas de impuestos y retirada de goteros, mientras que el anestesista Rubalcaba se mostrará preocupado por las ondas electromagnéticas de los derechos civiles y libertades, que producen graves taquicardias y reflejan altibajos en sus constantes vitales. España, a su juicio profesional, está enferma del corazón democrático. Otros doctorcillos tratarán de dar su opinión y remedios, pero amablemente serán ignorados tras sus peroratas. El alta médica aún está muy lejana.

Se prohíben las visitas, para que los ciudadanos no molesten, no habrá tetas ni pancartas, solo abucheos y aplausos a gogó de borregos, y todo se desarrollará conforme al inútil reglamento y protocolo de quirófano establecido. No se aprobará nada y si se aprueba será una sandez y una nueva afrenta a los desfavorecidos. Este hospital de San Jerónimo empieza a estar privatizado por su mayoría absoluta. Si hace falta vendrá Rouco a darle la Extremaunción antes de que lo sustituyan, y en todo caso se encomendará a la Virgen María del Amor, a la que acaban de conceder la Medalla de Oro al Mérito Policial por lo mucho que nos protege. No consta la obligación de que se rece un avemaría antes del comienzo del Debate.

Los españoles somos maestros en el arte de perder el tiempo, y sus representantes políticos no desmerecen. Porque ¿cómo se debate, se defiende y se rebate todo esto (extraído por vagancia del diario El País) y que es lo que de verdad preocupa a los españoles: Hoy hay más desahuciados que hace un año, menos profesores que dan clase a más alumnos, menos créditos para las empresas, más hogares que no reciben ningún tipo de ingreso, 124.000 personas han abandonado el país buscando mejores oportunidades, el paro sigue en niveles alarmantes del 26%, 400.000 empleados públicos han sido expulsados, la sanidad navega entre recortes y privatizaciones, los salarios reales han menguado un 7%, la renta por habitante ha regresado a niveles de hace una década, la brecha de la desigualdad social se ha agrandado, por primera vez 8,5 millones de pensionistas pagan por los medicinas..., suma y sigue.

¿Qué será cierto y qué será falso del debate sobre el Estado de la Nación que hoy comienza? Probablemente nada será cierto y probablemente todo será falso. Ellos en su templo, y nosotros en nuestra repulsa.

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