09/03/201409/03/2014

Con la llegada del Partido Popular al poder absoluto, culturalmente y en solo dos años hemos retrocedido hasta 1980, cuando aún estaban bien presentes las secuelas de la dictadura. Desde entonces la sociedad había ido cambiando y avanzando lentamente en sus usos y costumbres, es decir, en su cultura. Teníamos una cultura retrógrada muy arraigada porque la Historia cuesta cambiarla, no menos de cien años para una renovación de sus señas de identidad. Mal que bien habíamos progresado, incluso con Aznar, hasta que llegaron estos bárbaros depredadores. El retroceso ha sido vertiginoso y vergonzoso. Hemos vuelto al ancestro de la incultura protegida y provocada.

Por desgracia ahora se está fomentando la incultura a marchas forzadas¸ les resulta muy útil política y económicamente. Las sociedades se montan para ser controladas, y la española no iba a ser excepción. La globalización ha consistido en manipularlo todo y a todos a través de distintos mecanismos, sea azuzar la mugre, sea el miedo y la incertidumbre que hace que la gente acuda a lo milagroso, volver a los fanatismos religiosos, convertir la televisión en el medio principal de difusión de lo banal. No necesitan disimularlo, porque a los poderosos no les molesta. Ellos no son cultos ni quieres serlo porque no lo necesitan. Lo que ocurra culturalmente en España no le molesta al mundo, cada uno en su idiosincrasia, razonan. Si repercutiera en algo negativo, lo prohibirían por decreto. Han conseguido una sociedad cutre, y están contentos con ella. A los poderosos del mundo no les molesta que la alcaldesa de Madrid pida al Cristo de Medinaceli trabajo para los madrileños, el mismo Cristo que antes permitió que se quedaran en paro.

En tal sentido, el Presidente del Gobierno es un manipulado más. El poder económico no puede permitir que la cultura levante vuelo. Máxime cuando toda la izquierda se ha transformado en una burguesía también controlada. El PSOE es la derecha de los países civilizados, e IU representa la socialdemocracia. La pendiente se ha acentuado. Se manifiesta hasta en el gran mito de la familia. Ello conlleva a la rendición y a la sumisión en lo político y en lo económico. La cultura no es un bien necesario. Es un lujo con mucho de superfluo y esnobismo. La cultura es un sueño romántico, la sociedad debe permaneces durmiente y alejada de lo conflictivo, y lo están consiguiendo. Todos estamos manipulados y consentimos la trampa. Saben que la cultura es la bomba de racimo que puede despertarnos del tedio. Por eso crean sucedáneos, por eso la travisten, por eso ha de permanecer inane y reservada, por eso la desprecian. Temen que la cultura sea la revolución. Hoy se celebra en Madrid una importante exaltación de la cultura, organizada por la Plataforma en Defensa de la Cultura. En ella, 1.500 personas cantarán en la calle el Coro de los esclavos, de la ópera Nabucco, de Verdi, cuyos ecos debieran llegar a toda España. Porque todos somos esclavos de esta triste realidad que convierte a la política y a la cultura en términos antagónicos, en enemigos irreconciliables. Estos tipos aún no se han enterado de que la cultura es la vida. No han entendido que, más que el ballet o el teatro o la simple erudición, la cultura es el fomento de un sentimiento social y colectivo de superación sin miserias mentales. Y es que, efectivamente, la cultura es la revolución.

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Gotas QUE NO COMPRENDO:
1. Por qué si Bildu es un partido tan legal como el que más, no se puede dialogar o negociar con él.

2. Por qué en Crimea se puede celebrar un referéndum y en Catalunya no.
3. Por qué es malo que bajen los precios.
4. Por qué se descubre un fraude fiscal de 48.500 millones y no lo cobran, cambiando las leyes si es necesario como las cambian cuando les conviene. ¿No será que la gran mayoría de los grandes defraudadores son afines?
5. La utilidad del anarquismo si se quiere luchar de modo práctico y posible por una sociedad mejor y más justa. Tal vez por mantener viva la antorcha de un cambio radical del mundo.
6. Por qué Venezuela es tan rica en petróleo y no hay nada en las tiendas.
7. Si entrasen 500 millones de inmigrantes africanos, quizás fuese la única manera de acabar con el capitalismo.
8. Por qué el Opus Dei es tan misterioso.