Españoles, como saben carezco prácticamente de poderes ejecutivos por mandato constitucional, pero tengo la facultad de rogar, ya que no exigir, a las Cortes Generales y al Gobierno, aquí presentes, la celebración de un referéndum para que los españoles se pronuncien sobre la continuidad de la monarquía, que desde este momento represento pero haciéndoles saber que estoy dispuesto a aceptar el resultado de ese referéndum. También quiero pedirles disculpas por haber tenido que venir a esta proclamación vestido de Capitán General.

Asimismo ruego a las Cortes Generales y al Gobierno de la nación que también se celebre un referéndum a fin de que los españoles decidan si serían conformes con que el pueblo catalán decida su futuro y su deseo o no de seguir formando parte de España, bajo la fórmula que se acordase.

También ruego a las Cortes y al Gobierno una investigación exhaustiva acerca de la fortuna de mi padre, sin ocultamientos ni manipulaciones y dando los resultados a la luz pública.

No menor importancia tendría un deseable referéndum para preguntar al pueblo si es conveniente, o tal vez necesaria, una reforma de la Constitución y en qué términos y puntos. Nuestra Constitución nació en unas condiciones difíciles y sin embargo consiguió que durante 36 años conviviésemos y progresásemos aceptablemente, pero creo que afortunadamente aquellas condiciones han desaparecido y por ello justificada la revisión de la Constitución para que, entre otras cosas, la nueva generación, mi generación, pueda expresar su opinión. Con ello terminaríamos la disputa permanente acerca der su vigencia y se ampliaría el número de españoles que la aceptarían con gusto.

Dado que durante mi tiempo de Príncipe he constatado que los partidos políticos se resisten a cambios necesarios, ruego a las Cortes y al Gobierno que promuevan una nueva Ley Electoral que logre que los votos de los españoles adquieran el mismo valor contable.

No sé si sería mucho pedirles que se revisase, y en su caso denunciase, el Acuerdo con la Santa Sede, y si es preciso consultar a los españoles en referéndum si les parece correctas las subvenciones de siete mil millones de euros que anualmente recibe la Iglesia Católica.

Más un referéndum para saber si a los españoles les parecería bien que se rescatasen más bancos que lo necesitasen. Y aprovecharlo para que se pronuncien sobre si se debe eliminar el artículo 135 de la Constitución que nos ha hipotecado a perpetuidad.

Podría parecer populismo y una injerencia indebida, pero me gustaría conocer, a través del correspondiente referéndum, qué piensan los españoles de la reforma laboral que tan duramente ha castigado a los trabajadores, y si se debe mantener o eliminar sin que la economía nacional se resienta.

No deja de tener importancia la conveniencia de celebrar un referéndum acerca de que las mujeres puedan disponer de sus cuerpos con libertad.

Y finalmente, y para no extenderme en demasía, creo que sería inevitable un referéndum sobre las medidas y castigos a tomar por todo caso de corrupción, que tanto ha dañado a nuestra democracia.

Y sobre todo y especialísimamente, un referéndum para conocer qué piensan los españoles sobre la desigualdad existente en nuestro país y cómo solucionarlo, que es el asunto que más me preocupa.

En definitiva, ruego a las altas autoridades citadas la celebración de un referéndum para saber si los españoles quieren que alguna vez, incluso de cuando en cuando, se celebre un referéndum y si debemos hacerles caso.

Buenos días y muchas gracias a todos. Espero que a la salida no me detenga la policía.