Puntadas sin hilo

¿Pablo Iglesias K.O.?

Quien, al menos de momento, se ha quedado grogui soy yo: El diario El Mundo informa en primera página que "Pablo Iglesias ayudó a la red de apoyo a los presos de ETA. La ilegal Herrira lo consideraba su ‘referencia’ en Madrid y tenía su móvil y mail. El líder de Podemos participó en un mitin proetarra en Pamplona", según documentación intervenida por la Guardia Civil.

El diario El Mundo tiene una larguísima historia de denuncias de irregularidades políticas y económicas, y, con mayor o menor acierto y exactitud, ha salido indemne de todas ellas, si bien en alguna su tendenciosidad y ansia de ‘buscar la verdad’ le ha dejado en entredicho, como fue el atentado del 11-M.

Pero la grave acusación contra Pablo Iglesias ahí está y es preciso que Iglesias lo aclare urgentísimamente, y que lo haga de manera contundente y sin ambigüedades. No vale el silencio. Es tan grave la acusación que no puede quedar en un simple que El Mundo no tiene credibilidad. De confirmarse, su liderazgo de Podemos, o portavocía como algunos gustan de llamar, quedaría mancillado y su ímpetu innovador caería en ruina y sometido a sospecha y repulsión, amén de las complicaciones penales que para su persona pudieran derivarse.

Quienes hemos visto a Podemos como una posibilidad de voltear la política española y llevarla a situaciones de justicia social necesitamos - necesito, individualizo - una explicación meridiana. Si no se produce, Podemos podrá quedar reducida a escombros antes de levantar su edificio, ahuyentar a quienes le votaron, y dejar de recibir nuevos y masivos apoyos. Salvo que todo valga y la cerrazón y el neofanatismo se impongan. Salvo que se esté dispuesto a justificar posibles conductas tenebrosas. Salvo que se esté dispuesto a que las causas por perniciosas e hipotéticamente delictivas que puedan ser no tengan efectos en la vida de un partido y una sociedad.

Sería terrible que todo eso fuera cierto y que además quedara inexplicado o con una explicación deficiente. La perspectiva abierta por Podemos, la expectativa de cambio político, social y económico, la hermosa aventura colectiva que supone, sería un golpe definitivo en las posibilidades de que España se convirtiese en un país serio y decente. Esperemos, sumidos en la duda y el desasosiego.

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