Lo de la regeneración democrática es un chiste. Promovida por los mismos que causaron el estropicio, se arrogan la facultad de arreglarlo. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen, tratando de darnos gato por liebre, o en todo caso lebrato. Cogen asuntos menores, populistas, por cierto y nos los presentan como esenciales: estatuto del alto cargo, ley de control económico y financiero de los partidos políticos, limitar aforamientos (de los jueces, no de los políticos), regular indultos. Todos sin ninguna garantía de cumplimiento. Una broma sin gracia. ¿Alguien cree que cumplirían ni una sola de esas medidas sin trampas? Aparte de lo innecesario de todas ellas si fueran serios y rigurosos.

Una auténtica regeneración democrática tendría que comenzar por actualizar la Constitución, que ya tiene moho. Hacer que cambiarla no sea imposible, como de hecho lo es. O al menos añadir las enmiendas necesarias, como en la de los Estados Unidos, muy anterior a la nuestra.

Una regeneración democrática debería comportar que ningún español sufra una vida indigna, por pobreza o pérdida de hogar.

Una regeneración democrática sería revisar la sumisión económica a Europa y sus poderes financieros. Una indubitada separación de poderes y no el dominio absoluto del Ejecutivo. Concretar la laicidad del Estado. Que las muertes silenciosas no aumenten por no poder costearse los medicamentos, sí, no lo nieguen. Que ni dios ni el Rey cobren más que el Presidente del Gobierno (80.000 euros), y no el escándalo de cargos y ex cargos centrales, autonómicos o municipales. Que la enseñanza sea un bien declarado de interés nacional, y no el toro de la Vega. Que los medios de comunicación no manipulen ni tergiversen, ni públicos ni privados, no intoxicar diciendo que un muchacho va a ser juzgado por haber participado en una Huelga General, sin decir que por lo que será juzgado es para saber si llevaba una mochila con explosivos o se los colocó la Policía. No llamar hijos de puta a los banqueros, omitiendo y eludiendo la responsabilidad de los accionistas, verdaderos propietarios de los bancos e incapaces de sindicarse, cuando ningún banquero, ni el recientemente muerto, posee más del 3 % de las acciones entre é y sus familias. No decir que dos partidos son la misma mierda sin serlo. Los ciudadanos también debemos regenerarnos.

Que un trabajador no sea un esclavo. Un Pacto nacional por el empleo, aclarando por qué España tiene el triple de paro que la media de la UE.

La regeneración democrática significa potenciar la libertad. Consultar al pueblo todo lo trascendente. Saber qué piensan los españoles sobre los independentismos y sus causas. Recuperar la confianza en la justicia (si es que alguna vez se tuvo).

Hacer de España un país algo menos cruel. Menos fanático, menos supersticioso. Menos tendencioso. Menos represivo en los derechos fundamentales. Recuperar el tiempo perdido en nuestra torpe historia. Ser decentes, en fin. Admitir culpas. Lo otro, lo que pergeñan estos señores son chorradillas, necesarias pero chorradillas.

(Un cordisaludo a al mayurca)

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Gota LOS HUEVOS DE RAJOY: Su burdo ternurismo y la falta de sentido del ridículo han llevado a Rajoy a una de las más grotescas y desafortunadas manifestaciones acerca de la solidaridad interterritorial y en el peor momento sobre el intercambio de corazones entre catalanes y andaluces. El cursi poeta Rajoy olvida que, como escribió Carson McCullers, "el corazón es un cazador solitario". Una fresa amarga, que diría Bergman. No hay intercambio posible entre corazones políticamente amargados por la intransigencia.

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Gota CATALANA: ¿Tienen los dirigentes políticos catalanes el monopolio del significado y concepto de democracia? ¿No abusan del término?