Puntadas sin hilo

Las desventuras de los españoles

Empiezan a no darme pena las desventuras económicas de los españoles: La Comisión europea explicita lo que todos sabíamos: los ajustes salariales en España han sido lentos, ineficientes e injustos, por cuanto se han cebado en los más débiles. Con lo cual anuncia la necesidad de nuevos ajustes, sin que se produzca la menor rebelión ni por lo ya ajustado ni por lo ajustar, y convierte en inexplicable que el partido en el Gobierno siga teniendo crédito electoral, menos pero suficiente para volver a ser los más votados. No comprendo cómo los españoles toleran este escarnio, y los demás partidos se pierden en discusiones bizantinas.

Ante esta depauperación consentida de la vida de los españoles, nos enzarzamos con Catalunya, con la corrupción y con la Infanta. Bien está, pero no las podemos hacer ejes de nuestras vidas. Lo importante no es Catalunya, lo importante no son Bárcenas, Cotino y secuaces, lo importante no es la Infanta y su ignorancia. Lo importante es la miseria laboral que en cuantía y condiciones sufren los españoles. Lo otro son maniobras de distracción. ¿Qué importa el supuesto éxito del 9-N frente a quienes llevan más de tres años sin trabajo y ya sin prestación alguna? España es una fosa séptica, pero si algo hay que salvar es la dignidad de vida de sus habitantes. Si Catalunya se quiere ir, y puede, que se vaya, España no se hundirá por eso. Debemos de tener el récord mundial de imputados, el amor trastoca la realeza. Pues con su pan se lo coman todos. Teresa Romero ya pide pasta por haberla ofendido en su honor (además de salvarle la vida), IU y Podemos andan a hostias y desprecios, la juez Alaya quiere convertirse en Hércules (Poirot), Monago se culpa y exculpa, Rajoy hace la momia, Sánchez cree que Ítaca está en la imposible reforma de la Constitución, los sindicatos han llegado a la nada, el Rey acumula medallas en el pecho vestido de militar, el Parlamento es una caja de Pandora, acusan indebidamente al Tribunal Constitucional de no señalar, en su sentencia dictada por unanimidad, la pena contra Catalunya, los catalanes creen que están llegando a Eldorado, González-Pons, con toda la mala leche y finura de la que es capaz remarca que en Europa llaman a Pablo Iglesias nieto de Ceaucescu, ellos, hijos y nietos del franquismo, y, mientras tanto, los españoles son más pobres (y algunos mucho más ricos), tanto que o no los vemos o los ignoramos. Europa quiere seguir torturándonos y el señor de las moscas de la Moncloa se apunta a ellos. No somos capaces de hacerle la moción de censura de plantarnos. Es la democracia. España, Atlántida sumergida, volcán de injusticias en erupción, garrote vil de sus habitantes, desventuras sin consuelo. Para herencia recibida la que va a dejar el Gobierno.

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