07/12/201407/12/2014

Son legión quienes no creen en ellas, sobre todo cuando no les favorecen, pero casi todas son coincidentes en sus rasgos generales y algo de probabilidad contendrán. La última, la de hoy de la empresa Metroscopia para el diario El País: PSOE, 27,7 %; Podemos, 25 %; PP, 20 %; IU/ICV, 5,6 %; UPyD, 4,8 %. Es decir, la tarta se reparte entre cuatro. Conclusiones: 1. El PSOE no solo no desaparece, sino que gana, aunque por poco. 2. Podemos se detiene en su vertiginoso ascenso. 3. PP se desfonda, a expensas de lo que digan sus votantes refugiados en la inhibición. 4. IU+UPyD+nacionalistas+otros alcanzan la cuarta parte. 5. El bipartidismo desaparece. El ganador definitivo, PSOE o Podemos, fluctuando en cada encuesta y a rebufo el uno del otro. Gobernanza difícil, pero democracia rescatada.

Estaríamos, pues, en la misma disyuntiva de alianzas. Si el bacalao lo corta el PSOE, necesitaría apoyos. Si el ganador al final fuese Podemos, también.

Podemos+IU+otros pequeños podrían gobernar. Pero ya ha explicado Alberto Garzón que, aunque la ley electoral penaliza la fragmentación de la izquierda, Podemos no quiere compañeros que no sean vírgenes, IU no es digna de ellos. Pero si se produjera, en ese caso PSOE podría contar con la ayuda del PP, convirtiéndose en árbitro y censor.

Total, que la placidez y el tedio político se acaban. La democracia recobra vigor. Dos bloques: o lo conservador con tintes de progresía, o lo nuevo con recelos y miedos generalizados.

Además de continuar con su asalto a los cielos del voto, Podemos debería tranquilizar a los ciudadanos, y más que a los ciudadanos a los Estados Unidos de América, a Europa, a los poderes financieros internacionales, a la banca española, al Ejército y a la Iglesia, Opus Dei incluido, y explicarles por qué serían capaces de gobernar sin que España se fuese al garete. Si no lo consigue, Podemos será masacrada y eliminada, previamente o a posteriori. Por desgracia no está claro que el 30 % de los votos fueran suficientes para imponerse a tal asedio. La democracia podría convertirse en un cadáver.

En fin, son ganas de especular si no se tiene nada mejor que hacer en domingo. Pero algo va a pasar.