En el imaginario colectivo, ¿cuántos coches con dos bombonas de gas estrellarían los ciudadanos contra la sede principal del Partido Popular? Posiblemente cientos, miles, tal vez millones. ¿O los españoles no son potencialmente violentos y solo lo dejan para los ultrasur del fútbol? Porque pese a decir el brillante y nuevo portavoz del PP, Rafael Hernando, que "le preocupan quienes culpan de sus fracasos al PP", lo cierto es que el partido que representa sin duda es responsable, en enorme parte, del fracaso masivo de los ciudadanos. Por sabido, ya no es necesario enumerar la larguísima lista de ultrajados y ultrajes cometidos en todos los campos sobre los españoles.

Se equivocó el turolense en paro empotrando su coche contra los cristales del edificio popular. Eso debe hacerlo en las urnas, que es una violencia pacífica y más rentable. Si pensásemos que la papeleta es una carga de dinamita, haríamos la revolución sin enterarnos ni arriesgarnos. La papeleta es la semilla que florece el mismo día. Parece que el desesperado hombre padece de esquizofrenia. Lo mismo que todos nosotros sufrimos demencia y ansiedad política, aunque, afortunadamente, la violencia real no está extendida en España. Nos quedan cinco y cuatro meses de esquizofrenia. Sin bombas, pero con mentiras. De represiones y odios, de bolas de cristal y encuestas. De apaños y componendas. De desigualdades y resignaciones. De miserias y corrupciones. De privaciones y esperanzas. Las bombonas de butano de las urnas reposan guardadas en lugar oficial. Nos aguardan. Están hambrientas. Mientras tanto, miles de actos violentos, políticos y no políticos y a lo largo del universo, marcarán nuestras vidas. Miles de esquizofrénicos idearán venganzas. Los medios de comunicación nos lavarán los cerebros. El Rey, con su discurso. Los líderes, con sus monótonas cantinelas. El futuro es una moneda echada al aire. El boca a boca no funciona. Todos tenemos tomada ya nuestra decisión. Sabemos contra quién y qué vamos a estrellar nuestro coche. Invierno y primavera, parada y fonda, verano, otoño y las bombonas de gas butano. Que ésas sí que explotan. Cuando ya la democracia estaba en los huesos. Lejos de las violencias extremas y groseras, cerca del acto cálido de ser nosotros mismos, la única manera válida de hacer realidad el imaginario colectivo y sacudirnos la esquizofrenia.

Una cosita final y sin importancia: Si este hecho del coche contra la fachada del PP hubiera sido contra la del PSOE, ¿habría habido la misma movilización policial, municipal, bomberos, etcétera, y de información de los medios de comunicación y durante el mismo tiempo? ¿Y contra la sede de IU?

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Gota INDEPENDENTISTA: El NO, con un 45,3 %, superaría al SÍ, con un 44,5 %, según el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat. ¿Pero es que se quiere resolver un asunto tan gordo como la independencia de Catalunya con mayoría simple y ajustadísima de unas décimas? ¿Ya no recuerdan que en el tan citado Canadá el Tribunal Supremo declaró que sería preciso al menos el 70% de los votos?

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