Puntadas sin hilo

Desde las 0,00 horas de hoy los españoles son menos libres

Hoy es un día triste. A las 0,00 horas ha entrado en vigor la Ley de Seguridad Ciudadana, popularmente llamada Ley Mordaza, que nos hace menos libres. Habíamos alcanzado un nivel de libertad bastante apreciable, que esta ley, aun en el hipotético supuesto de que no lo hiciera en su propio contenido, sí lo hace psicológicamente en cuanto al miedo con el que trata de condicionar nuestras vidas. El temor a la represión por motivos fútiles recorta, o pretende recortar, nuestras actividades privadas o sociales y ello supone un grave e innecesario retroceso en lo que tanto había costado conseguir y que hace que desde hoy la democracia sea más endeble. Nos retrotrae a un pasado no del todo olvidado. Es la vieja mano dura. El miedo como arma política. El orden antes que cualquier discrepancia. La policía retoma fuerza y los jueces la pierden. Y el Gobierno se erige en el gran censor de la moralidad ciudadana con una ley innecesaria, improcedente y esperemos que inútil.

Todo estaba ya legislado y castigado en la espesa maraña de los códigos vigentes, - incluso las nuevas comunicaciones del mundo de internet -, pero el Gobierno, por sí solo y sin el más mínimo apoyo parlamentario en algo tan fundamental, ha querido resaltar que la libertad no es el bien más preciado, sino un regalo que nos concede siempre que no sobrepasemos sus cánones, arbitrariamente acotados por su visión ética de la convivencia. Una ley para asustarnos, reconducirnos a su orden, mantenernos sumisos, impedir que nos desarrollemos en plenitud. Una dictadura disfrazada. Una razón más para echar a este Gobierno, especialista en leyes que habrá que derogar cuando ceda el poder. Es incapaz de legislar en cualquier materia algo que pueda perdurar. Este Gobierno abomina del consenso. Otra muestra de su espíritu dictatorial. Si continúan gobernando, llegará un momento en que legislen y decreten que ‘Queda todo prohibido, excepto lo expresamente autorizado’. Es decir, el mundo y la libertad al revés. Ustedes ya saben de qué ideología se trata.

Naturalmente, los defensores de la Ley arguyen que está hecha para protegernos de tantas inseguridades como actualmente nos acosan, y que si actúas correctamente no tienes nada que temer. La eterna división entre los de arriba y los de abajo, entre quienes quieren ser libre y quienes no lo necesitan. Ellos solo precisan su libertad, la que consiste en cercenar la de los demás.

La libertad se ha convertido en un concepto romántico, de lujo, de ficción, de ideales pasajeros, de utopías irrealizables. Quienes han muerto por ella eran unos estúpidos equivocados. Incluso alguno en otra onda dijo ¿Libertad, para qué? Para no tener miedo, para ser personas, para hacer que el mundo avance. Por eso esta Ley es una puñalada trapera que el Gobierno nos ha metido en nuestra alma de demócratas. Una Ley de difícil cumplimiento, una Ley trampa, una Ley miserable, una Ley que ensucia España y encabrona a los españoles, a mí por lo menos.

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