Asuntos & cuestiones

Villa Arriba y Villa Abajo

Ya tenemos una nueva excusa para el enfrentamiento, el agua, de la que nuestra tradición afirma que no se puede negar a nadie (salvo al enemigo). La consigna ya está echada. Así como el terrorismo lleva ya cuarenta años y no se le ve solución, lo del agua también puede eternizarse porque está claro que aquí no llueve. Otra vez las dos Españas, en dos bandos, el de los que dicen que quieren lo mismo para todos (la oposición), y el otro, el de los catalanes (el Gobierno), que dicen que están de acuerdo con la oposición, que sólo aspiran a tener lo que ya tiene la Comunidad Valenciana desde hace tiempo. A partir de ahora, todo es negarse a escuchar, del mismo modo que cuando se vendió Navarra a los etarras, y todo para que acabara gobernando allí el PP con los votos del PSOE. Pero claro, como el PP nunca comete errores, ni rectifica, ni miente, debemos entender que el actual presidente de Navarra sólo ha podido tomar posesión del cargo después de una "negociación política" con ETA, su actual propietaria, a la que Zapatero firmó las escrituras de secesión ante un notario con chapela. Dará igual lo que se diga. Después de asistir a la representación de una periodista que defiende a la oposición en los debates, a la que aclaraban la diferencia entre una situación coyuntural por falta de agua para el consumo, y una estructural, para siempre, y entender ella que España se rompe sin remisión, me di cuenta de que no hay nada que hacer. El coñazo está servido. Y de nuevo es Cataluña el mazo con el que se golpea para sacar votos en el resto de España. Luego se quejan de que crezcan los independentistas, pero hay que dar un poquito de amor, tampoco es que haya que invitar a unas copas, pero qué menos que un vaso de agua.

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