Asuntos & cuestiones

¿Juez imparcial? No conviene

Lo del cierre de la comisión de Madrid por los asuntos de espionaje es un desprecio de tal calibre a las instituciones que sólo se concibe desde un partido que trabaja contra ellas y apuesta por el fin de la democracia. No sé si la ley de partidos contempla qué hacer cuando, desde un Gobierno, se ampara, encubre y patrocina el delito con la coartada de que los votos son un aval para la impunidad.

Rara vez estoy de acuerdo con Esperanza Aguirre, pero después de ver cómo el electorado gallego votaba la vuelta de la derecha, con la que está cayendo, reivindicando líderes impresentables que se permiten el lujo de llamar "maricón" al rival, al más puro estilo neofascista, hay que dar la razón a la presidenta de Madrid cuando afirma que la trama de corrupción de su partido no hará más que estimular el voto para el PP. Es cierto y es muy grave.

Sólo la acción de la Justicia podría parar la degradación deliberada de esta democracia desde el poder, que lleva a la demagogia y a la abolición del sistema. Cuando la portavoz en el congreso Soraya Sáenz de Santamaría reclama el derecho del PP a un juez imparcial, no hace sino leer el pensamiento de muchos ciudadanos honrados que gritan: ¡Ojalá!

Con jueces imparciales no habría tanto delincuente en activo en las instituciones, ni tanto señorito altivo proclamando que todo es producto de una conspiración difamatoria a pesar de la cantidad de documentos que hemos visto y de las infames conversaciones telefónicas en las que hemos escuchado cómo se repartían nuestra pasta.
No, señora Aguirre, el voto no legitima el hurto. No están robando sólo el dinero de sus votantes, sino el de todos, también el de los que abogamos porque aquellos que delinquen no vayan en las listas. Y nadie nos ampara.

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