Asuntos & cuestiones

La ley del silencio

La estrategia de cargarse al que denuncia, sea sastre, juez o compañero de partido, es endémica en el Partido Popular.
Yo viví una situación parecida tras las elecciones del 14-M en las que las urnas apartaron al PP del poder. Un mes antes había participado en una película colectiva titulada Hay motivo en la que distintos artistas contaban en cortometrajes asuntos que no les gustaban del Gobierno. Meses más tarde iba a hacer un programa en TVE. En el Senado, un representante del PP por Valencia llamado Pedro Agramunt dirigió una batería de preguntas a Carmen Cafarell exigiendo que explicara los detalles de un supuesto contrato secreto ultramillonario a mi favor. Todas las preguntas iban encabezadas por la frase: "Hay motivo para sospechar que...".

Quería el señor senador que quedara claro que me iban a hacer pagar la osadía de ejercer la libertad de expresión, evitando que volviera a trabajar en los medios al hacerme pasar por un ladrón. La libertad de expresión no consiste en la posibilidad de decir lo que uno piensa, sino en que no te ocurra nada por hacerlo. Esa es la pequeña diferencia que los señores del PP no alcanzan a entender. A los ciudadanos no se les persigue por decir la verdad. A eso se le llama, coloquialmente, fascismo.
Mi foto salió en muchos medios afines con distintos pies, recuerdo uno de ellos: "Los que se forran en TVE". El programa no tuvo audiencia y se quitó. De aquellos millones nunca más se supo. Todo era una gran mentira, la misma en la que siguen instalados para amparar a los corruptos y a los enemigos de la democracia que, por desgracia, habitan en número excesivo en sus filas y en puestos muy relevantes.

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