Asuntos & cuestiones

Desprestigiando la democracia

Berlusconi tiene la clave para luchar contra la abstención en las elecciones europeas: presentar un plantel de "tías buenas" entre las candidatas. Escogería bailarinas y actrices de sus televisiones. Las fotos no dicen mucho de su cualificación política, pero sí de la anatómica. En esta era de lo políticamente correcto, habrá quien acuse de machista al que cuestione la presencia de estas exuberantes chicas en las listas, pero he de reconocer que también me sorprendería sobremanera que se presentaran fotos de candidatos masculinos posando en tanga y luciendo músculos en posturas libidinosas.

Por otro lado, dicen los funcionarios que vienen de allí que Bruselas es la ciudad más aburrida del mundo. De ser cierto, Berlusconi habría dado un golpe de efecto que haría crecer la popularidad de su partido entre los eurodiputados. Se dice, metafóricamente, que la política hace extraños compañeros de cama. Hace poco, hemos sido testigos del idilio vivido ante las cámaras entre Esperanza Aguirre y José Blanco. Pues si el protocolo obliga a tragar a los políticos con ruedas de molino de esa envergadura, cualquiera en su sano juicio preferiría pasar una jornada de negociación con una de estas bailarinas antes que con la presidenta madrileña. Probablemente sean inútiles para desempeñar una tarea política, pero de lo que estoy seguro es de que son menos arrogantes y, a la larga, menos dañinas para los ciudadanos. Y sí, vale, de acuerdo, diría lo mismo de un candidato cuyo atributo fundamental fuera que posee un pene de 35 centímetros. En cualquier caso, estamos ante una prueba más del desprecio de la derecha por este sistema.

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