Asuntos & cuestiones

Necroparasitología

El caso del ciudadano norteamericano que ha estado suplantando durante seis años a su madre muerta para cobrar la pensión y demás beneficios sociales da que pensar. El personal se resiste a cortar el cordón umbilical. De todos es sabido que la emancipación de los hijos se retrasa en occidente. Un régimen familiar más tolerante permite a la prole permanecer hasta edades avanzadas con los padres sin que se produzca un conflicto generacional.
La barrera que la sociedad impone a los jóvenes dificultando su salida no es nueva. Todas las generaciones creen encontrarse en desventaja aun reconociendo que viven mejor que las precedentes. El mínimo que garantiza una subsistencia digna es cada vez más alto y dedicar toda la energía laboral a pagar un habitáculo donde dormir no parece lo más inteligente.

Además, formar una familia propia ha dejado de ser un proyecto de vida inevitable. Esta actitud, que no carece de lógica, tiene sus efectos secundarios. Uno acaba institucionalizando todo. Se acostumbra a que las cuestiones prosaicas estén resueltas y, con el tiempo, todo lo demás. Exige soluciones desde arriba y se olvida de la máxima fundamental de que las cosas no cambian si no las haces cambiar.

Los jóvenes no encuentran un banderín de enganche que encauce de una manera rentable sus propuestas. Del desapego de la militancia se pasa al de las urnas, y de esa ausencia se nutre la bestia agazapada para acceder al poder. Cuando nos contaban las historias de Tiberio, en su jardín, viviendo en una orgía permanente y rodeado de fieras salvajes, no podíamos concebir tamaño descaro, ni la estupidez de sus conciudadanos y, sin embargo, estamos más cerca de lo que creemos.

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