Asuntos & cuestiones

Desde el desprecio

El señor Arenas perdió una ocasión de oro para demostrar que la disciplina de partido sólo afecta a las decisiones políticas y nada a las cuestiones de educación elemental, al negarse a condenar el exabrupto que soltó durante un debate parlamentario su compañero y presunto corrupto Cotino, quien afirmó que una rival política, Mónica Oltra, no conocía a su padre.

Nada debería sorprendernos de aquellos que amparan, asesoran, financian y pasean por las plazas públicas como prohombres de la patria; a los acusados por la Justicia de robar. Pero, al parecer, en esos colegios y universidades tan competentes que han hecho de ellos la élite intelectual y técnica de nuestra sociedad se olvidaron de enseñarles las reglas básicas de convivencia. Un simple: "No me parece acertado", habría bastado para no sembrar la desesperanza en los ciudadanos que aspiramos a que, al menos, el candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía no participe de estos modales característicos de la gentuza de la que quieren distanciarse con sus trajes, pagados, en la mayoría de los casos, y sus alicatados capilares.
No sólo los signos de poder que otorgan las marcas caras otorgan distinción. Ellos tenían en exclusiva la explotación política de las víctimas del terrorismo y la representación decimonónica del caballero español. Alguien debió de poner un pañuelo en la mano de la señora Oltra para que enjugara sus lágrimas y decirle: "España y yo somos así, señora". Pero todo se ha perdido, los fachas de nuevo cuño no valen ni para eso. Nos demuestran que con ellos se puede generalizar, pertenecen a esa casta de gobernantes que no cometen errores. Que su dios nos ampare.

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