Asuntos & cuestiones

Marbella: pelillos a la mar

La preocupación de la nueva alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, es que no haya perjudicados. Los "terceros de buena fe", así llama a los que compraron casas ilegales, no deben rendir cuentas. El problema es que no hacer cumplir la ley, evitar que se ejecute una sentencia, es tanto como legitimar algo que ha sido declarado ilegal en los tribunales (30.000 viviendas). Desde luego, empiezan el mandato por la puerta grande, la de la manga ancha. ¿Qué tendrá Marbella?

De paso, los que untaron a los cargos para conseguir licencias ilegales, los que edificaron por la cara saltándose el plan general de urbanismo, etc. verán legalizada su acción al tiempo que su obra. No hay delincuente si no hay fechoría. Va a resultar que lo de Marbella no era tan grave. A fin de cuentas, hace unos días, los herederos de Jesús Gil declararon que al morir, su liquidez era de 854 euros. En líquido, no sé lo que tenía, a lo mejor murió deshidratado, pero es del dominio público que hizo una fortuna inconmensurable al margen de la ley y, a qué negarlo, con la complicidad de alguno de sus administradores (me refiero a administradores de Justicia). O sea, que nadie se ha beneficiado del latrocinio generalizado, el soborno sistemático, el pago de comisiones, el tráfico de influencias, el cohecho, la prevaricación, todo a la vez. Tanto delinquir para nada. Resulta que la corrupción era altruista, sin ánimo de lucro. Los señores que operaban en la zona, lo hacían por vocación. El dinero era lo de menos. Le daban tan poca importancia que no piensan devolverlo. Ni siquiera saben dónde lo han puesto. Que no se perjudique a terceros, esa es la prioridad. Los ciudadanos a los que robaron las tierras y el dinero de las arcas municipales, esos, no cuentan.

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