Asuntos & cuestiones

La condena del crimen

A veces a uno le entra la tentación de creer que son "liberales" los que van a gobernar España con una mayoría abrumadora, pero la realidad, que es tenaz, demuestra que los alegres muchachos de nuestra derecha nunca superan el test del centro político.
Siguiendo las indicaciones que dio Obama en el discurso de Arizona, intentaré hablar a los que "no piensan como yo, de manera que cure y no hiera". Poniéndome en el pellejo de un líder del PP, sentado en el hemiciclo, consciente de que todos los que se encuentran fuera de mis escaños estarían en la cárcel en la dictadura, entendería que apegarse a ella es como llevar una mierda de perro en la suela del zapato, algo que apesta, en la medida en que amparar aquel sistema es tanto como pretender la eliminación sistemática del rival, en definitiva, jugar a la democracia desde la hipocresía porque no hay más remedio.

De ahí que me sorprenda la ostentación de afinidad con aquel régimen que hace el Gobierno de la Comunitat Valenciana al resistirse a retirar símbolos de la dictadura con el argumento de que tan sólo representan un cambio de Gobierno, legitimando la forma en que se produjo ese cambio.
Los que gobiernan contraen una obligación pedagógica con la ciudadanía que implica la condena del crimen, así se les exige al resto de partidos, sin ambages o excusas. No me imagino que en un banco tengan un busto de un atracador con una inscripción en la peana que rece: "Ciudadano que retiró dinero de la sucursal", como simple testimonio de una actividad cotidiana. Pero, claro, para llegar a estas estúpidas obviedades, primero hay que creer en la democracia como sistema.

Más Noticias