Asuntos & cuestiones

Pero les votan

La pérdida de papeles de los altos mandatarios ante la llamada de la carne no es nueva. Recuerdo muchos casos de personajes de la política a los que han acabado tumbando, y valga la redundancia, por picar en el cebo de la lujuria, tan consustancial a la cosa animal.

En la Biblia ya previenen contra este arma infalible en la que cayeron entre otros Profumo y Clinton, pero ninguno como el macho que da sentido, luz y guía a la nueva derecha. Una derecha que le ampara en su seno como el hijo calavera más travieso, mientras pone pegas a la entrada en la Unión Europea a los turcos porque no terminan de cumplir los requisitos democráticos imprescindibles para pertenecer al club.

Lo descorazonador no es sólo que este señor, condenado por sobornar jueces y que cambia las leyes para que sus múltiples delitos prescriban, se monte un harén con el que celebra orgías con menores, sino que una parte importante de su electorado declara que le envidia. Se ha convertido en un modelo social curiosamente para la derecha, casta, moral y muy activa a la hora de salir a la calle a luchar contra los derechos individuales de los ciudadanos, en especial de las mujeres y los homosexuales, que le vota y le pone a administrar los dineros públicos a sabiendas de que es un facineroso.

Sería injusto olvidar al prohombre de la Patria que cambió la legislación de televisión a la medida de don Silvio, precisamente, cuando Garzón le pisaba los talones: Nuestro siempre recordado ex presidente Aznar, que alardeaba de haber sacado a España "del rincón de la Historia". Uno, con la edad, va perdiendo la esperanza de que la Historia les coloque en el que les corresponde.

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