Asuntos & cuestiones

Aquellos maravillosos años

Lo que hizo María Dolores de Cospedal en Los desayunos de TVE quejándose de la imparcialidad de la televisión pública no fue un ejercicio más de hasta dónde puede llegar la falta de respeto elemental hacia los ciudadanos –algo a lo que nos tiene acostumbrados con las graves acusaciones que emite contra sus rivales sin aportar prueba alguna y, por supuesto, sin el menor atisbo de disculpa cuando se demuestra la falsedad de sus denuncias–.
Lo que hizo fue un ataque a la información en sí y un avance de lo que nos espera cuando se haga con las riendas del poder.

Olvida esta señora que durante el mandato de Aznar no sólo TVE sufrió el mayor grado de manipulación de toda su historia, sino también las televisiones privadas, donde rodaron cabezas de los responsables de informativos, con purgas de profesionales y alteración y reedición de contenidos de las informaciones. Yo mismo recibí una nota del colectivo de periodistas de los informativos de Antena 3 denunciando la vergonzosa situación en la que tenían que realizar su trabajo bajo la amenaza permanente de despido.
No habló en ese programa de Telemadrid, cuyos trabajadores denuncian la vergonzosa situación de los informativos ante la pasividad de sus compañeros de otros medios, o de Canal 9, donde el caso Gürtel no existe.
Parece que la periodista olvidó que la palabra del señorito ni se afea ni se cuestiona. Pueden imaginar perfectamente dónde van a ir parar admirables profesionales como Ana Pastor cuando estos señores del centro administren la libertad de expresión.

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