Asuntos & cuestiones

Negociando con el terrorismo y sus víctimas

Tengo 52 años y casi nací con ETA. Desde el año 68, fecha del primer atentado, su protagonismo en los medios ha sido absoluto. Con la muerte de Franco pareció que podía llegar su fin. No se sabía si su existencia estaba condicionada a la de la dictadura. Dieron una amnistía total. Salieron todos a la calle. Volvieron a matar, más que nunca, con mayor virulencia, pero de forma discriminada. Sus objetivos, entonces, eran militares y juristas moderados, que trabajaban por la estabilidad
de la frágil y recién estrenada democracia.

Los contactos con la cúpula de la banda eran constantes, hubo encuentros de todo tipo en lugares remotos. Hubo extraños crímenes de interlocutores, desaparecidos, guerra sucia, resurgir de la banda, segundas generaciones que no conocieron a Franco y que se mostraban más dispuestos al crimen que sus antecesores, si cabe. Todos los gobiernos se han sentado a hablar del fin de la violencia con los responsables. No se ha conseguido nada. Ha habido treguas, vuelta a las armas. El terrorismo siempre ha sido un satélite que atentaba contra todos. Era el enemigo.

Ahora es distinto. Desde la pérdida de las elecciones del 14-M la irresponsabilidad del principal partido de la oposición al querer hacer del terrorismo y sus víctimas un arma de enfrentamiento político, una estrategia para derrotar al Gobierno, ha logrado llevar a un sector de los ciudadanos, siguiendo sus consignas, a responsabilizar al Gobierno de los atentados terroristas. En su manual de campaña incluyen temas relacionados con el terrorismo en el apartado: "Argumentos para ganar". ¿A qué precio? Ya han conseguido que muchos identifiquen a Zapatero con ETA ¿Quién va a detener esta otra violencia miserable? Jueguen limpio. No nos merecemos esto.

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