Balagán

Alemania e Israel

El suplemento deportivo del Yediot Ahronot traía el otro día el resultado de un sondeo que se ha realizado preguntando escuetamente a cada encuestado qué equipo prefería que ganase el Mundial de entre los cuatro que habían llegado a semifinales. El dato más sorprendente es que el 30,5, es decir, prácticamente la tercera parte de los israelíes, quería que ganase Alemania. A España, en cambio, sólo la apoyaba el 23 por ciento.

El resultado de España no me sorprende. En Israel se percibe con hostilidad cualquier iniciativa de paz, venga de donde venga, y, en comparación, Alemania nunca se ha significado por impulsar la paz, sino más bien por respaldar la ocupación, algo que Berlín justifica con la historia. Tampoco ayudan a España los problemas judiciales derivados de los presuntos crímenes de guerra cometidos por políticos y militares israelíes que han llegado a los tribunales españoles. Ni la extendida percepción en Israel de que prácticamente toda la  prensa española es antisemita por hablar de la ocupación y denunciarla.

Christine Winter, del Instituto Goethe de Tel Aviv, no está muy sorprendida con el resultado de Alemania. Recuerda que los israelíes son el segundo grupo nacional con mayor número de turistas en Berlín, y que en la capital alemana reside permanentemente una notable comunidad de israelíes judíos.

Alemania trata a Israel con guante de seda y responde afirmativamente a todo lo que le piden los líderes israelíes, sea lo que sea. Ya le ha "vendido" (en realidad regalado) a Israel tres modernos submarinos con capacidad nuclear que según expertos occidentales estos meses podrían estar navegando en aguas del Golfo Pérsico, frente a Irán. Los alemanes no sólo son muy generosos con la ayuda militar, sino también con la ayuda económica, y esto facilita que la población israelí sienta simpatía por la "nueva Alemania" y también por su selección de fútbol.

Sin embargo, los alemanes deberían ser más cuidadosos. Poner en manos de Israel submarinos con capacidad nuclear no parece una buena idea. Los israelíes ya tienen más de 200 cabezas nucleares, según los expertos occidentales, y permitirles que las instalen en submarinos puede ser un grave error. Lo que Alemania, y Occidente, deberían hacer es justamente lo contrario: trabajar para reducir los arsenales nucleares. Es muy dudoso que un Israel excesivamente fuerte, que se sienta intocable, como ocurre ahora, se incline por la paz y por la retirada de los territorios ocupados. No obstante, la historia trágica de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto hace que los alemanes no nieguen a Israel absolutamente nada, incluidos los submarinos. Y los israelíes se lo agradecen apoyando a su selección de fútbol.

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