Balagán

ArcMed en Gaza

ArcMed es el nombre del hotel que se acaba de inaugurar en la ciudad de Gaza, el mayor de la franja y también el más lujoso. Detrás hay una empresa de inversores palestinos que residen en Jordania y la siempre energética y emprendedora Anna Balletbò, que por circunstancias de la vida se ha convertido en el espíritu del hotel y lo visita regularmente para comprobar que todo marcha sobre ruedas.

Balletbò y Oriente Próximo se pueden conjugar con facilidad. La ex diputada socialista más famosa del 23-F lleva dos décadas colaborando con proyectos tan desinteresados como un orfanato para niños de Gaza. Con anterioridad, en su más temprana juventud, trabajó en un kibbutz como voluntaria. Sus viajes continuos a la región y su experiencia en la hostelería (su familia posee varios hoteles en España) han contribuido a que la empresa propietaria haya confiado en ella para gestionarlo.

Tengo curiosidad por ver si un hotel de estas características puede sostenerse. De momento, y para lograrlo, el director, Rafel Carpinell, un catalán a quien Balletbò persuadió para que viajara a Gaza, y la gobernanta, Angélica, una simpática gallega en las mismas circunstancias, han conseguido que sus salas y habitaciones reúnan todas las condiciones para ser declaradas las más confortables de Gaza.

Ahora bien, se me antoja una empresa quijotesca. El día que yo visité el hotel sólo se habían ocupado tres habitaciones. Es cierto que el ArcMed está arrancando, pero también es verdad que su clientela podría ser muy escasa. El hotel confía en que se alojen en sus habitaciones palestinos que viven en el exterior y que vienen a pasar una temporada en Gaza. Sin embargo, las fronteras de Gaza están cerradas para todo el mundo que no cuente con un permiso especial de las autoridades israelíes, y esto excluye automáticamente a casi todos los extranjeros, por ejemplo los españoles.

Pero Rafel Carpinell es optimista. Cree que organizaciones internacionales establecerán su sede en el hotel y alojarán allí a sus miembros. Además, cuenta con que los invitados de bodas, banquetes y convenciones atraviesen el gran vestíbulo de la entrada cuyo techo está decorado con un hermoso artesonado de madera que recuerda a Damasco. "No descarto que este mismo año el hotel dé beneficios", comenta el entusiasta director.

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