Balagán

Infiltrados

En Israel a los inmigrantes ilegales no judíos se les conoce como "mistanenim", que literalmente significa "infiltrados". El equivalente español serían los "sin papeles". El hecho de que en Israel se utilice un término militar es significativo puesto que muchos israelíes creen que los sin papeles no solo crean problemas de delincuencia sino que atentan contra la pureza de Israel. La mayoría de ellos son del África subsahariana, y por lo tanto son muy visibles. Se concentran principalmente en algunos barrios de Tel Aviv y no trabajan porque carecen de permiso de residencia.

En los últimos días los infiltrados han copado las portadas de los periódicos y los informativos de televisión. El lunes las televisiones mostraron el video de unos jóvenes apedreando a un negro que rodaba pacíficamente en bicicleta y el miércoles atacaron a un judío etíope que confundieron con un africano no judío, y este no ha sido el primer caso. Los abusos son continuos y el gobierno no interviene para no disgustar a los judíos de esos mismos barrios depauperados que se manifiestan a diario contra la presencia de los subsaharianos.

Ayer el ministro del Interior, Eli Ishai, del partido ultraortodoxo Shas, realizó unas declaraciones sorprendentes. El ministro dice que "hay muchas mujeres en Tel Aviv que han sido violadas (por los infiltrados) y temen denunciarlo para que no caiga sobre ellas el estigma del sida". Son declaraciones incendiarias y sin ninguna base real que seguramente las ha hecho porque reportan votos.

En Israel hay muchos menos inmigrantes legales e infiltrados que en España, pero ese país tiene una acusada obsesión por el Estado judío, sobre el que sus dirigentes hablan a diario. El mismo Ishai advierte que se van a tomar medidas radicales contra los infiltrados.

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