Balagán

Año horrible

La oenegé israelí Ir Amim ha revelado nuevos datos sobre la expansión colonial judía en el área ocupada de Jerusalén, datos que deberían hacer sonar las alarmas en Occidente, donde casi todos los países permanecen con los brazos cruzados y sin hacer caso al expolio continuado y a plena luz del día que se lleva a cabo en los territorios palestinos.

En el transcurso del año recién acabado, las autoridades israelíes han aprobado la construcción de 6.932 viviendas en el área ocupada de Jerusalén, lo que convierte a 2012 en el año en el que más viviendas se han autorizado en el área de Jerusalén. Comparativamente, en 2011 se aprobaron 1.772 viviendas y en 2010 569 viviendas.

Los datos de 2012 no incluyen la aprobación de millares de viviendas en la zona E-1, que está situada entre Jerusalén oriental y la colonia de Maale Adumim, una de las mayores de Cisjordania.

Los planes del gobierno israelí son meridianamente claros: construir y construir sin descanso en el área ocupada de Jerusalén, que poco a poco se va judaizando y donde la población de colonos es ya muy superior a la población palestina.

Todas estas noticias ponen en su lugar al presidente Mahmud Abás, un hombre con buenas intenciones que ha renunciado a la violencia y solo desea negociar cuanto antes un acuerdo. Sin embargo, Abás aparece ante los ojos de de muchos palestinos como un personaje ingenuo que con su actitud está contribuyendo al expolio sistemático de Cisjordania mientras la comunidad internacional se lava las manos y mira hacia otro lado.

La actitud de Abás se ha revelado inoperante. El presidente palestino incluso ha amenazado con dimitir y "entregar las llaves" al primer ministro Binyamin Netanyahu. Para muchos palestinos es obvio que la permanencia de Abás al frente de la Autoridad Palestina se ha convertido en un problema que está llevando de un desastre a otro.

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