Balagán

Obama no irá a la cárcel

Barack Obama no fue detenido durante su visita de ayer a Palestina. Aparentemente los jueces y la policía consideraron que no procedía arrestar al presidente de Estados Unidos, que llegó a Ramala abordo de un helicóptero americano a media mañana para reunirse con el presidente Mahmud Abás. En el helipuerto de la Muqata había una fuerte presencia de agentes de seguridad americanos y palestinos, pero la policía no hizo acto de presencia.

Unas horas antes de su llegada, un grupo de abogados palestinos denunció a Obama ante la fiscalía de Ramala por la muerte del fotoperiodista palestino Mazen Dana, que falleció por disparos de un soldado americano en Bagdad en 2003, el mismo año en que murió en circunstancias similares el cámara español José Couso.

En la denuncia se argumentaba que Obama es el jefe de las fuerzas armadas de Estados Unidos, aunque en 2003 el presidente era George Bush hijo.

Según uno de los abogados, la ley palestina protege a los ciudadanos del flamante estado también en el extranjero, de manera que la denuncia era del todo procedente. El abogado añadió que dadas las circunstancias actuales, resulta muy difícil que los palestinos recurran a los tribunales internacionales, de manera que el grupo de abogados decidió presentar la denuncia en Ramala con el apoyo de la familia del difunto.

El fotógrafo Mazen Dana falleció en agosto de 2003 cuando se encontraba trabajando para la agencia Reuters cerca de la prisión de Abu Ghraib, en el área de Bagdad. Según algunos testigos, Dana fue alcanzado por los disparos de un soldado americano que abrió fuego desde una distancia de 200 o 300 metros.

La viuda de Dana ha declarado que sus peticiones para procesar al soldado en los foros internacionales no han dado ningún resultado durante diez años, de manera que ahora apoyaba la presentación de la denuncia contra Obama en Ramala.

La muerte de Mazen Dana es una de las innumerables tragedias que trajo consigo la invasión de Irak y que siguen sucediendo a diario en ese país una década después de la invasión. El coste de la "democracia" que implantaron en Irak los neoconservadores de Estados Unidos todavía no ha tocado techo.

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