Balagán

Combatir hasta el agotamiento

Centenares de videos circulan desde el miércoles por internet grabados en varios pueblos del Guta al Sharquiya, el oasís que envuelve Damasco, y muestran a cientos de víctimas de un supuesto ataque con armas químicas que, según los rebeldes, disparó el ejército contra la zona a partir de las dos de la madrugada del martes.

Gracias a la red también podemos acceder a centenares o millares de comentarios al respecto, comentarios que unos casos defienden la versión de los rebeldes y en otros dudan de ella.

Para complicar las cosas hay expertos muy cualificados que se inclinan a pensar en el uso de armas químicas en este incidente mientras que otros expertos no menos cualificados lo niegan.

Hay preguntas que están en el aire y son difíciles de contestar, entre ellas la siguiente: ¿por qué el régimen sirio iba a utilizar agentes químicos contra civiles ahora, mientras se encuentra en el país una delegación de la ONU investigando precisamente el supuesto uso de armas químicas por parte del régimen o por parte de los rebeldes?

El gobierno de Damasco ha reiterado hasta la saciedad que el arsenal químico que posee no lo ha usado nunca en este conflicto que ya dura casi dos años y medio, y a su vez ha acusado a los rebeldes de utilizarlas.

No hay que perder de vista que hace un año el presidente Barack Obama advirtió que el uso de armas químicas sería una "línea roja" y dio a entender que en ese caso Estados Unidos podría intervenir en el conflicto.

Sin embargo, en las últimas horas algunos medios americanos han informado que Washington no está convencido de que se hayan usado armas químicas.

Israel, en cambio, sí que está convencida. Así lo ha dicho el ministro de Defensa Moshe Yaalon.

El paso de las horas en lugar de aclarar lo ocurrido suscita más interrogantes.

Lo único contrastable es que esta guerra ha causado ya más de cien mil muertos y millones de desplazados y refugiados. Es un conflicto que recuerda a la cruel guerra civil libanesa que duró quince años (1975-1990), especialmente porque en Líbano las armas no callaron hasta que todas las partes, y había bastante más de dos, estuvieron exhaustas, sin fuerzas para seguir luchando. Y el resultado de que aquella guerra no fue la resolución del conflicto si no su aplazamiento.

Esto mismo puede ocurrir en Siria y desgraciadamento nadie sabe cuánto tiempo van a tardar los sirios de uno u otro signo en agotarse completamente. Como ocurrió en Libano, aquí tampoco faltan paises dispuestos a suministrar armas a las partes en conflicto.

Más Noticias