Balagán

Al Sisi, presidente

El mariscal Abdel Fattah al Sisi será con toda seguridad el próximo presidente de Egipto. Los militares y el gobierno ya andan buscándole un rival adecuado para las elecciones, un rival que no sea islamista, aunque no hay que descartar que el régimen permita la concurrencia de algún que otro islamista inofensivo.

Al Sisi ha desarrollado su carrera en el ejército. Sus tres hijos varones (también tiene una hija que se casó hace dos semanas lejos de los focos) han ingresado en la academia militar, y uno de ellos está casado con la hija del general Mahmud Hiyazi, que es el jefe de la inteligencia militar.

El mariscal se formó en la academia militar de su país y luego en academias militares del Reino Unido y Estados Unidos, pero también cuenta con experiencia política.

Cuando era jefe de la inteligencia militar, bajo la presidencia de Hosni Mubarak, diseñó el llamado "plan estratégico" con el que se pretendía catapultar a Yamal Mubarak a la presidencia reemplazando a su padre, un plan que se abortó con la caída del raís hace ahora tres años.

Inmediatamente después de la revolución, Al Sisi fue encargado por el ejército de entablar un diálogo con las distintas fuerzas políticas emergentes, de manera que ha tratado personalmente a los líderes de los Hermanos Musulmanes que él mismo ha encerrado en la cárcel desde el golpe de junio.

Probablemente fue este conocimiento de los islamistas, y las buenas relaciones que mantenía con ellos, los que llevaron al presidente Mohammad Morsi a nombrarle jefe del ejército a mediados de 2012.

Morsi sabía, además, que Al Sisi se levanta cada madrugada para hacer la primera oración del día y que su esposa se cubre la cabeza con un pañuelo. Entonces se comentaba en Egipto que Al Sisi era un buen musulmán y que Morsi lo podría manejar.

Según Al Hayat, en el entorno de Al Sisi se dice que se vio obligado a dar el golpe cuando descubrió que los islamistas preparaban la detención de decenas de personalidades políticas.

El primer ministro egipcio adelantó hace unos días que la presidencia de Al Sisi no será como la de Mubarak, aunque es evidente que sus perfiles son bastante parecidos y que Al Sisi se está portando con los islamistas con más determinación que Mubarak.

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