Balagán

Islamofobia

Algunas reacciones que han ocurrido en Francia, y en otras partes de Europa, en los últimos días tienen mucho de islamófobas. La islamofobia tiene que ver, como el antisemitismo, con fuerzas subyacentes en Occidente y arraigadas durante siglos que en las últimas décadas se han agudizado debido a la emigración de una considerable cantidad de musulmanes.

Quienes cometieron los atentados de París eran sin duda musulmanes, pero la generalización que incorpora la islamobofia debe ser condenada. Al fin y al cabo apenas unos pocos islamistas radicales son los autores de los atentados mientras que en Francia viven unos ocho millones de musulmanes.

Datos facilitados el lunes por las autoridades francesas indicaban, por una parte, que millares de agentes de la policía y las fuerzas de seguridad se turnan para defender 717 escuelas y lugares de culto judíos en todo el país.

Pero también aportaban otros datos no menos preocupantes. Así, las organizaciones musulmanes señalaron que la seguridad se ha reforzado en lugares musulmanes de Francia, donde en las últimas horas se habían registrado más de 50 ataques contra mezquitas y otras instituciones.

Veintiuno de estos ataques se han perpetrado con armas de fuego o explosivos, mientras que el número de amenazas se cuentan por decenas.

El primer ministro francés, Manuel Valls, dijo ayer que su país está en guerra con el yihadismo pero no con el islam. Y es importante subrayar esto ya que el nivel de islamofobia que se vive en Europa es elevado y no está a la zaga del antisemitismo.

Dicho esto, Manuel Valls también señaló que unos 1.400 franceses musulmanes han viajado o han expresado su intención de viajar a Siria e Irak en los últimos años para participar en la yihad, y que unos 70 de los que viajaron han muerto en combate, lo que no es una cifra despreciable pero sigue siendo una proporción muy pequeña.

Según el primer ministro francés, conforme transcurre el tiempo se observa que el número de yihadistas franceses va en aumento, algo que las autoridades han constatado desde 2012, cuando se comenzó a registrar el fenómeno.

Las autoridades galas van a intensificar la vigilancia del islamismo radical. Esto ayudará a controlar mejor a los posibles yihadistas, si bien es prácticamente imposible prever y neutralizar cada una de las amenazas, en parte porque se trata de células o individuos ajenos a ninguna organización y que a menudo deciden convertirse en yihadistas de un día para otro.

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