Balagán

La prensa occidental en Israel

El pasado martes un subcomité del comité de defensa y asuntos exteriores de la Kneset celebró una reunión inusual a la que convocaron a miembros de la Asociación de Prensa Extranjera, una órgano profesional que agrupa a unos 400 periodistas de medios extranjeros, básicamente israelíes y también occidentales.

El motivo de esta citación fue un titular publicado en su página web por el canal de televisión americana CBS que decía "Tres palestinos muertos en la penosa violencia diaria". Israel protestó por este titular al considerar que no daba cuenta de que los tres palestinos eran los "terroristas" que atacaron a policías israelíes en el sector ocupado de Jerusalén, y la CBS cambió el titular. Unas horas después falleció una policía herida en el ataque.

Hace un mes un colega europeo con base en Jerusalén me comentaba que el embajador de Israel en su país se había reunido con el director de su periódico para protestar contra él. Lo más fuerte que decía de él es que "era de Hamás", fundamentando la acusación en que no llamaba "terroristas" a los milicianos de Hamás.

Según ha publicado la prensa hebrea en más de una ocasión, los embajadores de Israel tienen la obligación de personarse en los medios de comunicación occidentales para influir en la información y en el enfoque que se da de las noticias sobre el Estado judío. Y luego tienen la obligación de comunicar a sus jefes en el ministerio de Exteriores cuál es el resultado de sus gestiones.

Las campañas contra la prensa extranjera se recrudecen periódicamente. La presión raramente se ejerce sobre los corresponsales. Al contrario, el objetivo son los propietarios y directores de los medios occidentales, y de ellos depende, más que de los corresponsales, la información que ofrece cada medio occidental sobre lo que ocurre en Israel.

En un artículo publicado esta semana en Haaretz, Daniella Peled, del Instituto para la Información de la Guerra y la Paz, condena este tipo de campañas y señala oportunamente que los medios más criticados por Israel son aquellos con mayor prestigio internacional, como el Guardian, el New York Times o la BBC.

Pero los embajadores israelíes no dedican su tiempo solo a los medios más grandes y prestigiosos. Hace unos años un colega de un periódico de provincias español me contó que el embajador de Israel en Madrid había pedido una audiencia con su director para protestar por la información que se daba en ese medio sobre el Estado judío. El director estaba sorprendido y le dijo cordialmente al embajador: "Pero si nosotros no tenemos corresponsal, publicamos las noticias de la agencia EFE. Vaya usted a quejarse a la agencia EFE". "Ya lo sé", dijo el embajador de Israel, "pero ustedes son quienes escriben los titulares".

Esta anécdota da una idea de hasta dónde llega la presión, y también da una idea de que la información de Israel no siempre depende del corresponsal sino de los propietarios y directores de los medios, así como de su actitud frente a estas presiones.

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