Balagán

La hipocresía de las armas y la paz

Hace unos días el Papa Francisco advirtió de una manera bastante explícita que hay potencias que hablan continuamente de la paz mientras hacen suculentos negocios con la venta de armas. Su advertencia llegó solo un poco después de que el presidente Trump firmara un gigantesco contrato para la venta de armas por valor de 110.000 millones de dólares a Arabia Saudí, y de que estableciera otros contratos multimillonarios para la venta de armas a otros países de Oriente Próximo.

Francisco tiene razón: es una hipocresía muy grande llenarse la boca con discursos pacifistas mientras se venden armas a porrillo a países que, como es lógico, luego las utilizan para iniciar y mantener guerras con sus vecinos, y las guerras siempre suelen se atroces.

Hoy justamente se cumplen 50 años del inicio de la guerra de 1967 y entre otras noticias que hemos conocido que Israel contempló utilizar la bomba atómica si las cosas no le iban bien en el campo de batalla.

Históricamente se nos ha vendido que en su momento Shimon Peres prometió al presidente Kennedy que Israel "no introduciría las bombas atómicas en la región". Sin embargo, por lo que acabamos de conocer, estuvo a punto de hacerlo en 1967. De hecho, esto ya se publicó hace algunos años aunque sin la resonacia de ahora.

Señalar a Estados Unidos es oportuno, aunque no sería justo decir que es el único país que se dedica a la venta masiva de armas al tiempo que habla de paz. Hay numerosos países que hacen exactamente lo mismo, por ejemplo Francia, cuya compañía Dassault acaba de firmar un contrato para la venta de 57 cazas a la India. París, además, sigue vendiendo armas en grandes cantidades a los países sunníes como Arabia Saudí, aunque eso no impide que los presidentes franceses hablen cínicamente una y otra vez de la paz.

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