Balagán

Un puñetazo en la boca

El viernes 28 de julio el pacifista israelí Yehuda Shaul fue golpeado en el rostro por un extremista en el centro de la ciudad de Hebrón, a pocos metros del Santuario de Abraham.

Yehuda Shaul es un personaje central de la resistencia contra la ocupación. Él mismo sirvió hace algunos años en el ejército y estuvo destinado en Hebrón. Lo que allí vio, es decir el comportamiento del ejército, no le gustó nada.

Al dejar el uniforme, Yehuda Shaul fue uno de los veteranos pacifistas que fundó Rompiendo el Silencio, una ONG integrada por ex-soldados y que denuncia los excesos que comete la ocupación a diario.

Ver a Yehuda Shaul es de lo más corriente cuando alguien va a Hebrón, donde la violencia de la ocupación siempre está en auge.

Las organizaciones como Rompiendo el Silencio son muy pocas, y sufren una persecución sistemática por parte del gobierno y del estado de Israel. Su trabajo es realmente encomiable en este país donde la ocupación va filtrándose rápidamente a todos los estamentos del estado.

La fotografía de Yehuda Shaul sangrando copiosamente por la boca apenas se ha distribuido en Israel. Se ha de notar que cuando le agredieron, él estaba en una tienda y al lado había varios soldados de la Guardia de Fronteras, un órgano paramilitar.

Los soldados observaron la agresión sin hacer nada y los agresores se marcharon por donde habían venido sin que nadie moviera un dedo. Solo cuando el herido pidió a los guardias de fronteras que intervinieran, retuvieron a un agresor al que soltaron poco después con el ridículo castigo de que no entrara en Hebrón durante dos días.

Esta no es la primera agresión que sufren los empleados de Rompiendo el Silencio, y es muy probable que las agresiones continúen puesto que las autoridades israelíes no muestran la menor intención de acabar con ellas.

Se tiene la impresión de que solo una intervención internacional, de la Unión Europea, puede poner coto a tantos desmanes. Desgraciadamente, la Unión Europea no está por la labor y no interviene, de manera que el gobierno de Benjamín Netanyahu tiene las manos libres para seguir persiguiendo a los pacifistas.

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