Balagán

Continúa la guerra de los barcos

El pasado jueves un buque comercial israelí sufrió un ataque con un misil en el mar de Arabia, cuando se dirigía desde África a la India e inmediatamente Israel acusó a Irán del ataque.

El incidente se produce unos días después de que The Wall Street Journal informara que durante los últimos años Israel ha atacado en alta mar a una docena de barcos comerciales iraníes.

Tras esta publicación el diario Haaretz informó la semana pasada que el número de ataques israelíes contra buques iraníes es mucho más elevado, y que el coste de los daños causados para las arcas iraníes se eleva a miles de millones de dólares.

Israel ha sido el primer país en provocar y amenazar a Irán, y los incidentes de los barcos lo confirman.

Lo sorprendente es que Teherán no haya respondido hasta ahora a esos ataques.

De hecho, la primera respuesta conocida ocurrió hace solo unos días, cuando un buque comercial israelí resultó dañado por dos explosiones en el golfo de Omán, en la entrada del golfo Pérsico.

Quizás los iraníes temían una respuesta del presidente Trump y por eso hasta ahora no habían respondido a los ataques.

Con el cambio de inquilino en la Casa Blanca, la situación parece haber cambiado y Teherán se siente libre para aplicar a Israel la misma medicina que Israel utiliza con Irán.

Precisamente esta semana, un alto jefe militar israelí dijo al diario Israel Hayom que este país puede acabar con el programa nuclear iraní cuando quiera.

En realidad, ha sido la actitud de Israel la que ha impulsado el programa nuclear iraní durante el mandato de Trupo.

El deseo de desestabilizar Oriente Próximo figura en lo más alto de los planes israelíes y es preciso que la administración Biden tome cartas en el asunto cuanto antes.

En caso contrario, la región sufrirá consecuencias que afectarán al resto del mundo.

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